Investigadores del Laboratorio Lawrence Livermore encontraron evidencia que conecta el enfriamiento de la temperatura de la tierra entre los años 1000 y 1900 DC a un extenso proceso de deforestación. Este descubrimiento agrega nuevas complejidades a la ya difícil labor de predecir el cambio climático, y pone en duda la creencia común de que la plantación de árboles reducirá el “calentamiento global”.
Aunque los científicos ya sabían que la cobertura del suelo afecta la temperatura, los nuevos hallazgos indican una relación entre las temperaturas climáticas extremas y el uso de la tierra. “La principal forma de influencia humana sobre el clima es la quema de combustibles fósiles, que produce gases de efecto invernadero” declaró recientemente Philip Duffy, investigador jefe del grupo de modelado de clima y ciclo del carbono y clima de laboratorio. “Pero también sospechábamos que los cambios en gran escala en el uso de la tierra contribuían al cambio climático.”
Vistos desde el aire, los bosques son más oscuros que las tierras agrícolas, por ejemplo, los campos de maíz o trigo. Los colores oscuros tienden a absorber la luz del sol, y atrapan el calor que calienta al planeta. Por el contrario, los colores claros reflejan los rayos solares nuevamente al espacio, dando como resultado temperaturas más bajas en la medida que la luz del sol rebota alejándose de la tierra.
Utilizando los datos obtenidos de observaciones geológicas, que incluyen estudios de los anchos y densidades de los anillos de crecimiento de árboles viejos, los científicos pudieron reconocer hace ya tiempo que el clima de la tierra se enfrió tanto como dos grados Fahrenheit entre los años 1000 y 1900 DC. Los investigadores de la División de Ciencias Atmosféricas del laboratorio elaboraron la teoría de que la sustitución de bosques por agricultura y otros cambios en el uso de la tierra pueden haber contribuido a ese cambio. Para comprobar esta teoría, los científicos utilizaron supercomputadoras para simular dos escenarios posibles: un modelo de desarrollo climático que incluía la agricultura, y otro modelo con las mismas condiciones pero sin deforestación. Las pruebas demostraron diferencias significativas. Las regiones que más se enfriaron fueron las mismas en las que hubo deforestación y densa actividad humana. “Esto le complica la vida a quienes como yo, intentan predecir el cambio climático”, declaró Duffy. Según la teoría de algunos científicos, la plantación de árboles evitaría el calentamiento global, dado que los árboles absorben el dióxido de carbono. Pero los nuevos hallazgos cuantifican la medida en que los árboles capturan el calor, y sugieren que plantar árboles podría no ser la forma de enfriar el planeta.
Artículo basado en información obtenida de: "Global Warming, Trees Linked?; Cleared Land Cools Earth, Study Says", The Arizona Republic, 7 de mayo de 2001