La Asamblea Nacional Legislativa (NLA), establecida el año pasado en Tailandia después del golpe militar y que debería disolverse después de las elecciones generales del 23 de diciembre, aprobó, con su último aliento, la muy esperada Ley sobre Bosques Comunitarios. En lugar de consolidar los derechos constitucionales de todas las comunidades a manejar sus bosques de la forma que mejor les parezca, la Asamblea eligió excluir a las comunidades que viven fuera de las “zonas de conservación” del derecho de participar en el manejo de los bosques.
Contando a partir de la prohibición de las concesiones madereras, las comunidades en Tailandia tienen ahora 18 años de experiencia en manejo comunitario de bosques. La mayoría de los políticos e integrantes de la Asamblea niegan este hecho y siguen considerando a los aldeanos como destructores de los bosques. La información, las noticias y los análisis parciales creados a partir de un conocimiento superficial de los problemas han generado miedo y sospechas entre el público general en Tailandia. Esta perspectiva plantea solamente dos formas de resolver los problemas de la destrucción de los bosques. El primero es declarar zonas de conservación (artículo 3º) donde no se permite vivir a la gente. “Zonas de conservación” significa “Parque Nacional, Refugio para la Vida Silvestre, Zonas de Caza Prohibida, reglamentadas por las respectivas leyes, u otras zonas que sean cuencas u otras zonas que tengan valor ambiental y cuya conservación se requiera según las reglamentaciones ministeriales”. La segunda es aprobar leyes que otorgan un poder monopólico a los funcionarios estatales para imponer multas por la destrucción del bosque.
A pesar de estas perspectivas anticuadas, hoy las comunidades han aprendido de la crisis de los bosques degradados, que crearon graves problemas para su sustento en un contexto donde las comunidades agrícolas deben depender de la naturaleza. Las comunidades que participaron de la destrucción de los bosques en el pasado han vuelto a reunirse para preservar el bosque. Claro está que dichas comunidades solamente pueden manejar en forma efectiva los bosques si la sociedad reconoce su papel y si las comunidades pueden determinar sus propias opciones económicas, sociales y políticas. Sobre esta base serán capaces de manejar el bosque sirviéndose de mecanismos tanto formales como informales según la naturaleza de las zonas y las condiciones del grupo y de la comunidad. Varios grupos externos están promoviendo un proceso de aprendizaje que incluye aprender sobre los problemas a los que la comunidad se enfrenta, el aprendizaje mutuo entre las comunidades y también información y noticias de fuera de la comunidad.
Lo mejor para el manejo comunitario de los bosques no es el enfoque legal que pretende determinar los límites de varios tipos de bosque para que al Estado le sea más sencillo administrar, dividiendo las zonas de manejo según las responsabilidades de distintas unidades gubernamentales. Por el contrario, el manejo de los bosques comunitarios no hace distinciones estrictas entre zonas agrícolas, zonas residenciales y zonas de bosques ni separaciones estrictas en cuanto a la propiedad de tierras y bosques.
El manejo de los bosques comunitarios en Tailandia empezó con las comunidades dentro y fuera de los bosques conservados. Esto refleja una creciente conciencia de que el manejo efectivo de los bosques depende de un proceso de aprendizaje y fortalecimiento dentro de la comunidad. Las comunidades tienen la capacidad y la disposición de manejar los bosques dentro de unos límites evaluados junto con la comunidad según sus propias condiciones locales sociales, ambientales, económicas y políticas.
El concepto tras la redacción de la versión de la Ley sobre Bosques Comunitarios propuesta por el pueblo es resultado de haber aprendido de la silvicultura comunitaria en la práctica. El manejo comunitario del bosque merece apoyo para aumentar la superficie de bosques naturales en Tailandia en lugar de las plantaciones comerciales de árboles en las zonas de reservas forestales nacionales, y también para reforestar zonas de bosques degradados, tierras públicas y zonas de humedales que se están destruyendo a causa de diversos proyectos de desarrollo. Los bosques comunitarios deberían permitirse especialmente en las zonas de bosques conservados que corren cada día el riesgo de ser destruidos por el madereo ilícito en complicidad con funcionarios e individuos adinerados. Estas zonas han permanecido fuera de la vista de la ley, bajo las oscuras sombras de la corrupción de los funcionarios estatales que siempre esperan hacer su negocio. ¿Consideró la Asamblea el hecho de que las comunidades establecidas dentro y fuera de las zonas de conservación han tenido un papel importante en la protección de los bosques cercanos y que muchos dirigentes comunitarios fueron asesinados por proteger el bosque en muchas zonas?
La expansión -- a manos del Estado-- de las zonas de conservación hacia los relictos de bosques en los que las comunidades encuentran su sustento se está dando precisamente en las zonas que han sido protegidas por las comunidades. En lugar de recompensar a estas comunidades demostrándoles confianza, el proyecto preliminar de la Ley de Bosques Comunitarios les ha cercenado sus derechos al manejo de los bosques comunitarios sobre la base de que están asentados fuera de la zona de conservación. El hecho de que las aldeas se encuentren fuera de la zona de conservación en prácticamente todos los casos es resultado de las negociaciones entre las comunidades y el Estado. La gente solicitó al gobierno que no incluyera sus aldeas y tierras de cultivo, establecidas hace mucho tiempo, en las zonas de conservación, aceptando al mismo tiempo que sus bosques comunitarios entraran en las zonas de conservación del gobierno. Esto se hizo con buena intención; la gente esperaba que sus bosques comunitarios fueran bien cuidados por la comunidad y el Estado en forma conjunta. Este asunto causó mucho sufrimiento a las comunidades, que luego de entregar sus bosques comunitarios a las “zonas de conservación” encontraron que el bosque se destruía aun más rápidamente. La comunidad era impotente para detener el madereo y al mismo tiempo no podía usar sus bosques.
Esta clausura del espacio social para el manejo de bosques por parte de las comunidades generó también conflictos más severos entre el Estado y las comunidades. Al final, la sociedad tailandesa y las comunidades solamente vieron un incremento de la destrucción del bosque por parte de los grupos inversionistas y funcionarios del gobierno que están a la espera de sacar su tajada del bosque. En el futuro, las comunidades deberán enfrentarse a la extrema pobreza por haber perdido acceso a los bosques de los que dependen. ¿Quién se hará responsable de esto después de que el gobierno militar envíe la ley sobre bosques comunitarios a los políticos, estos viejos muchachos que regresarán después de las elecciones de este fin de semana?
Por Sayamol Kaiyoorawong. La autora ha trabajado en apoyo del proyecto preliminar popular de la Ley de Bosques Comunitarios. Actualmente es directora de Environmental Awareness Building, en la provincia de Trang, Tailandia del Sur. Este artículo se publicó por primera vez en tailandés en Prachataam News Network, diciembre de 2007 (www.newspnn.com).