Recientemente han revivido las viejas propuestas de embalsar el río Mekong inferior. Según comunicados de prensa de la ONG tailandesa TERRA, los gobiernos de la República Popular de Laos, Camboya y Tailandia dieron permiso a empresas tailandesas, malayas y chinas para llevar a cabo estudios de factibilidad de hasta seis grandes represas hidroeléctricas en el Mekong inferior. Hace diez años estos proyectos se desestimaron por sus potenciales daños ambientales y elevadísimo costo.
La Comisión internacional del río Mekong tiene el deber de proteger este río. Según TERRA (véanse los comunicados de prensa –en inglés- en http://www.wrm.org.uy/countries/Thailand/MRC/Mekong_Mainstream_dams_media.pdf
y http://www.wrm.org.uy/countries/Thailand/MRC/Press_Release_12_Nov.pdf), “En virtud del Tratado del Mekong de 1995 el cometido de la Comisión es ‘hacer el máximo esfuerzo para evitar, minimizar y mitigar los efectos nocivos que pueda sufrir el medio ambiente... debido al desarrollo y uso de los recursos hídricos de la cuenca del río Mekong’ (artículo 7)”. Sin embargo, aunque en el sexto Simposio Técnico sobre las Pesquerías del Mekong de la Comisión del Río Mekong (2003) los investigadores concluyeron que “cualquier represa en el curso principal del Mekong... podría resultar desastrosa para las pesquerías”, la Comisión ha guardado un notorio silencio, sostiene TERRA, que opina que “Aunque el establecimiento de la Comisión fue celebrado como un paso adelante en la superación de viejos antagonismos en la región del Mekong, [la Comisión] sigue estando dominada por los intereses nacionales de sus Estados miembros, apuntalados por un criterio enfocado en los beneficios económicos que implica la exclusión de todo lo demás”.
Unas 175 organizaciones locales e internacionales, entre las que se cuenta el WRM, e instituciones donantes que hoy colaboran con la Comisión del Río Mekong firmaron una carta dirigida al director ejecutivo de la Secretaría de la Comisión para expresar su preocupación por el proyecto de construcción de seis represas hidroeléctricas en el Mekong inferior así como “el fracaso de la Comisión internacional del río Mekong para hacer respetar el Acuerdo del Mekong de 1995 en esta coyuntura crítica” (véase la carta completa en http://www.wrm.org.uy/countries/Thailand/MRC/Letter_%2012_November.pdf).
En lugar de responder a los graves asuntos planteados en la carta, la Comisión empezó a comprobar si las organizaciones firmantes eran verdaderas. Sin duda tiene derecho a hacerlo, pero por lo menos debería hacerlo bien.
El WRM recibió un mensaje de la Comisión, firmado por Lieven Geerinck, diciendo que “la Comisión del Río Mekong se toma muy en serio estas declaraciones” y que “la lista de organizaciones firmantes en el documento adjunto es bastante importante aunque encontramos algunas instituciones de menor pertinencia para el tema (por ejemplo,www.proyectogato.org). Creemos en la comunicación auténtica. ¿Podrían confirmar si su organización firmó la carta adjunta?” (véase el mensaje de la Comisión en http://www.wrm.org.uy/countries/Thailand/MRC/MRC_Message.html).
Parece que la Comisión cometió un gran error al asignar “menor pertinencia para el tema” al Proyecto Gato, organización en nombre de la cual firmó Jan Cappelle. Si se hubiera tomado la molestia de buscar en internet “Jan Cappelle” además de “Proyecto Gato” no habría confundido a esta organización con una sociedad protectora de gatos y se hubiera enterado de su participación directa en el asunto de las represas en la región.
Pero ése no fue su único error. El comunicado y la información para la prensa fueron claramente elaborados por TERRA, una organización que trabaja en este asunto desde hace varios años, por lo que la Comisión debería haberles contestado a dicha organización en lugar de escribir a algunos signatarios para preguntarles si habían firmado o no o si eran “pertinentes para el tema”.
La Comisión debería actuar de acuerdo con su pretendida seriedad y responder a la demanda de brindar “algunas medidas de supervisión profesional y asesoramiento técnico de los proyectos de represa propuestos”, así como detalles sobre su “importante estrategia de coordinación de todos los tipos de proyectos hidroeléctricos en la cuenca del Mekong para garantizar que se instrumente una solución sustentable o medidas alternativas”.
¿Qué ha hecho la Comisión para garantizar que las represas construidas en la región del Mekong a partir de 1995 no infringieran los derechos humanos básicos ni resultaran en la destrucción del medio ambiente? ¿Qué ha hecho para resolver los impactos de las represas en las que participó antes de 1995?
Las organizaciones civiles del río Mekong siguen esperando que la Comisión responda estas preguntas.