En Filipinas, la agricultura tradicional de montaña, implementada a través del método de “roza y quema” (kaingin), es demonizada y antagonizada por una legislación restrictiva. En Palawan, mientras que sus bosques son destruidos por el agronegocio (principalmente palma aceitera y caucho), las empresas mineras - y otras formas de acaparamiento de tierras -, las agencias estatales, así como algunas ONG, todavía ven la kaingin indígena como una “agricultura ilegítima” y como la causa principal de la deforestación. Sin embargo, la kaingin tradicional no solamente provee de medios de vida sustentables sino que también beneficia a los pueblos indígenas de Palawan, ofreciendo una variedad de productos maderables y no maderables para la subsistencia y para diversificar la producción. No obstante, varios municipios han impuesto una severa “prohibición al kaingin” y está siendo implementada y difundida por la actual administración.
El comunicado de prensa conjunto de CALG (Coalición contra el acaparamiento de tierras) y NATRIPAL (Tribus Unidas de Palawan) puede leerse (en inglés) aquí