Aunque en Perú ha cambiado el Presidente, el proceso de degradación de los boques y la situación de los pueblos indígenas sigue siendo la misma o incluso peor. Como se denunció varias veces en ediciones anteriores de este boletín (1, 8, 34 y 35), el bosque amazónico peruano está siendo degradado por las actividades de prospección y extracción de petróleo y madereo por parte de poderosas compañías malayas. El madereo ilegal también constituye una nueva amenaza a la supervivencia material y cultural de los grupos indígenas que habitan en los bosques.
Este es el caso denunciado recientemente por Shinai Serjali, un grupo de voluntarios sin fines de lucro que trabaja en la Amazonía peruana. Desde mayo de 2001, 16 grupos madereros de la ciudad de Sepahua en Ucayali invadieron el territorio de un grupo indígena contactado recientemente, conocido como Nahua (o Yora). Los Nahua actualmente están establecidos en la confluencia de los ríos Mishagua y Serjali, dentro de la reserva estatal de Nahua-Kugapakori, que forma la frontera occidental del Parque Nacional Manu. Los madereros, que trabajan ilegalmente en esos dos ríos, han extraído más de 600.000 pies de caoba y cedro, han amenazado a pobladores locales y han eliminado la fauna de la que depende el sustento del pueblo Nahua.
Hasta 1984, los Nahua vivieron en aislamiento voluntario en la cabecera del río Manu en Madre de Dios. Su primer contacto directo fue resultado de las actividades ilegales de los madereros de Sepahua que trabajaban en territorios ancestrales de los Nahua. Durante el año posterior al contacto la mitad del pueblo Nahua murió a causa de enfermedades respiratorias introducidas desde el exterior. Desde ese momento, los madereros han intensificado sus actividades en territorio Nahua, finalizando con la invasión total de este año.
El grupo Shinai Serjali ha estado trabajando con el INRENA (el Instituto de Recursos Naturales gubernamental del Ministerio de Agricultura), con AIDESEP (una ONG nacional que trabaja en temas de los pueblos indígenas), los madereros y la comunidad Nahua para asegurar el compromiso del INRENA de detener el madereo ilegal y para que se reconozca que esa madera pertenece legalmente a los Nahua.
Desde la invasión de los madereros, los Nahua han debido enfrentarse a la intimidación y amenazas de secuestrar a las mujeres del grupo. Una delegación de la comunidad viajó durante 14 días en balsa hasta Puerto Maldonado y con la ayuda de FENAMAD (Federación Nativa Madre de Dios) envió sus denuncias a las autoridades de Lima. Al no recibir respuesta a sus protestas y dado que los madereros continuaban cortando árboles, una delegación de la comunidad viajó a Lima a exigir que las autoridades asumieran su responsabilidad.
Una comisión oficial visitó la comunidad, investigó la extracción ilegal, confirmó las denuncias y ordenó la instalación inmediata de dos puestos de guardia en el área para controlar en forma efectiva e inmovilizar la madera extraída en forma ilegal.
Representantes de los Nahua y los madereros llegaron a un acuerdo, por el cual estos últimos aceptaron que habían cometido un delito, y garantizaban que no volverían a la reserva después de este año, y aceptaron que el 25% de los ingresos de la venta de la madera sería usado para establecer un fondo comunal para los Nahua.
Pero la validez de este acuerdo depende de que el INRENA reconozca que la comunidad Nahua es la propietaria legal de la madera. El 22 de noviembre la comunidad presentó ante el INRENA una demanda legal basada en la ley de la reserva y la Convención Nro 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas, argumentando que la madera extraída ilegalmente pertenece legalmente a la comunidad.
A pesar de lo anterior, cantidades importantes de madera han sido extraídas de la reserva por varios madereros, lo que demuestra que el acuerdo todavía no asegura el control adecuado de la madera restante, y que para evitar nuevas violaciones de la ley el gobierno debe comprometer los recursos necesarios para controlar en forma efectiva el madereo ilegal.
Artículo basado en información enviada por: Shinai Serjali.