Mujeres en resistencia
Cuando se destruyen los bosques, las mujeres de las comunidades que dependen de ellos se ven muy afectadas: sus condiciones de vida son particularmente precarias y la provisión de alimentos, medicinas, materiales y agua limpia se vuelve aún más difícil. El conocimiento y la sabiduría tradicional que transmiten de generación en generación también corren peligro. Es por eso que las mujeres a menudo están al frente de la resistencia a la destrucción de los bosques.
Las plantaciones de palma aceitera son uno de los espacios más inseguros para las mujeres, no solo por su vulnerable situación laboral sino también por el potencial de violencia y acoso sexual que las acecha. (Disponible en indonesio).
Este texto comparte reflexiones hechas con mujeres afectadas por proyectos de Economía Verde en Brasil. Para comprender las formas de lucha de estas mujeres, primero hay que reconocer sus saberes y formas de relacionarse con la naturaleza.
La economía feminista nos lleva a reflexionar sobre la actualización de los mecanismos de control, sin dejar de afirmar la capacidad de resistencia y reconstrucción de los cuerpos en movimiento.
La construcción de la fábrica de Suzano Papel y Celulosa, junto con las carreteras aledañas, el constante transporte de madera y la afluencia masiva de trabajadores trajeron devastación a las poblaciones. Este es el testimonio de una mujer que lucha por el territorio
La expansión de las plantaciones de palma aceitera en Indonesia ha convertido a las mujeres en campesinas sin tierra y mano de obra barata, sin protección adecuada en materia de seguridad laboral y salud, para beneficio de las empresas de plantaciones. (Disponible en indonesio).
Las mujeres sufren muchos tipos de violencia de parte de los empleadores de las compañías de plantaciones de palma aceitera, las fuerzas de seguridad, la policía y el ejército; violencia que refuerza el patriarcado así como los roles y relaciones de la mujer dentro de la sociedad en general. (Disponible en indonesio).
La organización, la división sexual y la precarización del trabajo en los monocultivos afectan la salud de las trabajadoras y las transformaciones territoriales de ese modelo de producción afectan a las mujeres.