Compensaciones: alimentando la ilusión de un capitalismo (sostenible) (verde) (carbono neutro) (basado en la naturaleza) (con cero emisiones netas)

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Refinería Shell Deer Park, Deer Park TX. Foto: Flickr/Roy Luck

Empresas contaminadoras hablan sobre alcanzar “cero emisiones netasmientras planean continuar o incluso aumentar la destrucción y explotación. Las compensaciones están al centro de esto. Y ahora también la industria financiera se sumó a promover la compensación. ¡Es hora de poner fin a esta peligrosa ilusión!

A lo largo de las tres últimas décadas, a la palabra capitalismo (o ‘crecimiento’ o ‘economía’) se le han agregado todo tipo de adjetivos que suenan amigables con el medio ambiente. ¿Por qué? Ayudan a convertir un problema estructural en una dificultad con una solución (técnica) como promesa. Las compensaciones se ofrecen como la ‘solución milagrosa’ que resolverá el problema climático sin afectar las ganancias de las empresas o la quema de combustibles fósiles. Las compensaciones han sido entusiastamente promovidas por lo que podemos llamar de “la industria de la conservación”, incluidas ONG como WWF y The Nature Conservancy (TNC), gobiernos de numerosos países industrializados, la industria financiera -incluido el Banco Mundial-, y muchas empresas, en especial dentro de los sectores de los combustibles fósiles y la aviación.

La mayoría de las empresas contaminantes han respaldado la compensación como parte de sus planes climáticos hacia cero emisiones netas. En sus páginas web, criminales empresariales como las petroleras Shell o Eni arman historias sobre ‘el compromiso de proteger los bosques’ y la inversión en ‘soluciones naturales’, mientras planean continuar, o incluso aumentar, la explotación de los combustibles fósiles mucho más allá de 2050. No tienen límites con su hipocresía para proteger las ganancias comerciales resultantes de la quema de combustibles fósiles. Numerosas empresas de las industrias de la aviación y la alimentación también apuestan a las compensaciones para proteger su destructivo modelo de negocio. Mientras tanto, los gobiernos están ocupados preparando el marco legal para esta ilusión demencial de la compensación.

Más de 30 años de extensa documentación, evidencias y análisis de organizaciones comunitarias, redes de justicia ambiental, movimientos sociales y estudios académicos que exponen las fallas estructurales, las contradicciones y los intereses empresariales detrás de la ilusión de las compensaciones, ¡se están descartando para proteger las ganancias de las empresas!

Peor aún: últimamente la industria financiera se ha sumado a defender la ilusión de la compensación.

Mark Carney, quien pasó 13 años en el banco privado Goldman Sachs, fue gobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, ahora es un inversionista influyente y enviado especial de las Naciones Unidas para la Acción Climática y las Finanzas. En noviembre de 2020, una iniciativa que busca ampliar los mercados voluntarios de carbono, que es impulsada por el sector privado y liderada por Carney, lanzó un “Documento de consulta” de 98 páginas. El documento menciona la palabra “compensación” 238 veces y menciona una sola vez la “energía de combustibles fósiles”. (1) Es una oda a los mercados de carbono.

La iniciativa, denominada “Grupo de trabajo sobre la ampliación de los mercados voluntarios de carbono”, se lanzó en un momento muy conveniente. Muchas empresas, tan destructivas y contaminantes como Shell, Unilever, Tata Steel y BP, se han comprometido a convertir sus cadenas de suministro en actividades que produzcan cero emisiones netas. Pero cero emisiones netas no es lo mismo que cero emisiones. La idea de cero emisiones netas depende del uso masivo de compensaciones, lo que a su vez significa que se seguirán quemando combustibles fósiles, mientras que las empresas alardean de ser neutrales en carbono, verdes, sostenibles, o cualquier otro adjetivo que suene amigable con el medio ambiente, pero que no hace más que maquillar de verde la destrucción.

Larry Fink, el director ejecutivo de BlackRock, la empresa de gestión de activos más grande del mundo, está estimulando a que las empresas tomen acción. En enero de 2021, Fink anunció en la Carta Anual de la empresa que BlackRock espera que todas las compañías en las que invierte tengan mapas de ruta para llegar a cero emisiones netas en el 2050. (2) BlackRock es un accionista importante en el agronegocio, los bienes raíces, la energía, la minería y otros negocios, y sus administradores están en las juntas directivas de varias grandes organizaciones conservacionistas. (3)

Es fundamental recordar que las compensaciones no reducen emisiones. En el mejor de los casos, las compensaciones desplazan emisiones. Esto significa que por ejemplo, para alcanzar cero emisiones netas, una empresa que emite 10 toneladas de CO2 en un lugar A, necesitaría implementar o comprar créditos de un proyecto de compensación que absorba 10 toneladas de CO2 en un lugar B, o de un proyecto de compensación que evite emitir 10 toneladas de CO2 que estaban en riesgo de ser liberadas en un lugar C. Esta lógica ignora la singularidad de cada lugar. La compensación se basa en la falsa suposición de que la vida y las interconexiones de los lugares A, B y C se pueden reemplazar, intercambiar o recrear. En la mayoría de los casos, este ‘desplazamiento de emisiones’ ha sido un fracaso absoluto en términos climáticos. (4) Lo que es peor, como el WRM y otros han denunciado en innumerables ocasiones (5), la mayoría de los proyectos de compensación han provocado conflictos, apropiación de tierras, violencia extrema y destrucción de medios de vida y sustento de comunidades. Las personas directamente afectadas por la imposición de estos proyectos rara vez han sido debidamente informadas, y los territorios y espacios de vida de los que dependen han sido destruidos, cercados o gravemente contaminados.

La realidad de las compensaciones dista mucho de la ilusión que vende. La compensación brinda a las empresas una herramienta para seguir beneficiándose de un sistema capitalista enganchado a los combustibles fósiles. Esto también significa un gran negocio para las ONG conservacionistas, afanosas de ofrecerle a las empresas más sucias del mundo tierras bajo su administración como áreas para compensación. Sin embargo, para las innumerables comunidades cuyos territorios quedan encerrados en proyectos de compensación o para aquellas que se ven afectadas por los negocios de siempre, eso significa destrucción y violencia. El reciente interés renovado por las compensaciones amenaza con convertirse en una apropiación masiva de tierras.

Es hora de redoblar los esfuerzos para denunciar la peligrosa ilusión que se alimenta de la idea de la compensación. Y también para apoyar a las poblaciones que dependen de los bosques y comunidades campesinas que durante largo tiempo han utilizado y protegido sus tierras, bosques y diversidad. En el día a día de sus luchas contra la destrucción corporativa, estas no se dejan engañar por la lista siempre cambiante de adjetivos que se presentan como si las empresas fueran verdaderos amigos del medio ambiente, pero que se utilizan para encubrir y maquillar de verde la destrucción.

(1) REDD-Monitor, Mark Carney’s Taskforce on Scaling Voluntary Carbon Markets: The global financial elite’s plan to profit from the climate crisis while maintaining business as usual for Big Oil, 2021
(2) BlackRock, Net zero: a fiduciary approach, 2021
(3) Focus on the Global South, Rogue Capitalism and the Financialization of Territories and Nature, 2020
(4) The Corner House, Carbon Markets Are not Designed to Reduce Emissions, 2020
(5) WRM, Mercantilización | REDD y otras falsas soluciones