Aldeanos en Costa de Marfil están atrapados en contratos con la empresa Dekel Oil, la cual, con promesas engañosas, les ha dejado creer que se volverían ricos autorizando a la empresa a establecer sus monocultivos de palma aceitera. Los aldeanos luchan para cancelar los contratos y han comenzado a alertar a otras comunidades sobre los riesgos que la firma de tales contratos conlleva.
Los propietarios de tierras en Costa de Marfil se encuentran atrapados en contratos con la empresa Dekel Oil, la que, con promesas engañosas, les ha dejado creer que se volverían ricos firmando los contratos que autorizan a Dekel Oil a establecer sus monocultivos de palma aceitera. Los aldeanos luchan para rescindir los contratos y han comenzado a alertar a los demás aldeanos sobre los riesgos que la firma de tales contratos conlleva.
Cuando las empresas de plantaciones de palma aceitera necesitan mostrar que las comunidades apoyan sus planes de establecer plantaciones industriales en tierras comunitarias, estas utilizan tácticas sofisticadas para dar la impresión de que las comunidades o los propietarios individuales aceptan las plantaciones de la empresa. Esto es especialmente cierto cuando los planes de la empresa son cultivar palma aceitera en tierras que no están controladas por el Estado sino que pertenecen a comunidades o individuos.
Una de esas tácticas consiste en hacer promesas que a los integrantes de la comunidad o los propietarios individuales les cueste rechazar. Por ejemplo, los representantes de la empresa pueden prometer que construirán escuelas y policlínicas, mantendrán las rutas, brindarán generadores diesel, etc. para las comunidades, si es que éstas ceden sus tierras para permitirle a la empresa cultivar la palma aceitera. La empresa también puede argumentar que las plantaciones solo ocuparán una pequeña parte de la tierra, cuando, en realidad, la mayor parte de la tierra comunitaria termina en manos de la empresa y sus plantaciones.
Cuando las empresas intentan atraer a un propietario de tierras, a menudo alegan que al adherirse a su programa de producción de palma aceitera, el propietario se volverá muy rico. Los aldeanos son blanco de mentiras y promesas engañosas y se los tienta a firmar contratos que los encarcelan en compromisos a largo plazo con la empresa.
Pero una vez que el contrato es firmado o que la empresa puede pretender tener el apoyo de la comunidad, las promesas son olvidadas. No importa qué tan sinceras parecen ser y la convicción con las que se prometen en un inicio, las empresas las ignorarán una vez obtenido aquello que desean: controlar las tierras de la comunidad o de los campesinos individuales.
Utilizando estas promesas falsas, las empresas obtienen el control sobre cientos, o incluso miles, de hectáreas de tierras.
El caso de Dekel Oil en Costa de Marfil constituye un claro ejemplo. Los propietarios de tierras se encuentran atrapados en contratos con la empresa, la cual le prometió a los agricultores que se volverían “muy ricos” si firmaban contratos para producir aceite de palma para Dekel Oil. Lejos de enriquecerse, ahora están librando una batalla jurídica para obtener la anulación de los contratos y garantizar que no están en riesgo de perder la totalidad de sus tierras en beneficio de la empresa.
Dekel Oil es una sociedad agroindustrial basada en Costa de Marfil que produce aceite de palma destinado a la exportación y que comenzó sus actividades en 2007. Dekel Oil fue creado por el grupo Siva y un conglomerado israelí (1). El grupo Siva, que está registrado en Bélgica y pertenece al millonario indio Sivasankaran, está implicado en el acaparamiento de millones de hectáreas de tierras en el mundo.
En la región de Aboisso, en el este de Costa de Marfil, Dekel Oil ha asumido el control de más de 28.000 hectáreas de tierras alrededor de la aldea de Ayenouan, que la empresa utiliza ahora para plantaciones industriales de palma aceitera. De esta superficie, sólo 1.886 hectáreas están cubiertas con plantaciones de palma, en tierras que la empresa controla directamente mediante el arrendamiento. La gran mayoría de las plantaciones industriales están establecidas en tierras pertenecientes a familias que firmaron contratos como pequeños agricultores con Dekel Oil.
En 2015 la empresa recibió un préstamo del Banco Mundial para continuar su expansión y pasar a controlar otras 10.000 hectáreas de tierras destinadas a plantaciones industriales de palma aceitera en la región de Ayanouan (2).
Asimismo, para la planta de procesamiento que instaló en 2014, la empresa también se benefició de un financiamiento del BOAD (Banco de Desarrollo del África Occidental) y el BIDC (Banco de Desarrollo de la CEDEAO - Comunidad Económica de Estados de África Occidental) (3).
Dekel Oil comienza también a tomar el control de tierras para sus plantaciones industriales de palma aceitera en la región de Guitry, en el sur de Costa de Marfil, así como en el país vecino, Ghana. La empresa afirma haber obtenido “derechos” sobre 24.000 hectáreas de tierras en Guitry.
La experiencia vivida por los aldeanos de Ayenouan
Entre 2010 y 2011, personal técnico de Dekel Oil comenzó a presentarse en las aldeas de la región de Aboisso y a incitar a los propietarios a firmar contratos con la empresa. Se proponían dos tipos de contrato:
– Una opción de contrato establecía que el propietario entregaba el control de sus tierras a Dekel Oil para que la empresa pudiese establecer plantaciones industriales de palma aceitera en el marco de un acuerdo llamado de co-gestión: el establecimiento, la gestión y la cosecha de las plantaciones se harían entre el propietario y Dekel Oil. Un tercio de los beneficios serían para cubrir los costos de mantenimiento de Dekel Oil, un tercio se consideraría como beneficio para Dekel Oil, y el propietario recibiría también un tercio como beneficio.
– La otra opción de contrato suponía un arrendamiento de la tierra a largo plazo: Dekel Oil pagaría 2,6 euros (25.000 FCFA) por hectárea por año, a lo que se sumaría el 12 por ciento de la cosecha, que el propietario podría utilizar como quisiera.
En ambos casos, el contrato es inicialmente de 20 a 40 años.
Al principio, Dekel Oil les aseguró a los signatarios de los contratos de co-gestión que éstos tendrían pleno control sobre las plantaciones durante los períodos de mantenimiento y cosecha. Pero una vez firmado el contrato, la empresa ignoró su promesa y excluyó a los aldeanos del negocio. Contrariamente a lo prometido, no se informa a los aldeanos cuando la empresa prevé efectuar la cosecha. Tampoco reciben documentos que justifiquen el peso de las nueces de palma que cosechan. A veces, Dekel Oil recoge las nueces de palma de varios aldeanos al mismo tiempo. Al cargar las nueces en el mismo camión, y en ausencia de los aldeanos ya que no se les informó de la cosecha, éstos dependen completamente de las estimaciones de la empresa para saber qué proporción de la producción total corresponde a su propia producción. Los aldeanos también denuncian que Dekel Oil decide el monto que le pagará a cada aldeano sin proveerles de información adecuada o documentación con el peso de su cosecha.
Los pagos de la empresa a los aldeanos también se llevan a cabo con retrasos importantes. Los camiones de la empresa recogen las nueces de palma cada quince días. Según los contratos, Dekel Oil debería pagar cada mes o, en algunos casos, cada trimestre. Sin embargo los propietarios indican que a menudo tienen que esperar seis y a veces hasta doce meses para recibir sus pagos.
Las promesas falsas de Dekel Oil
Al igual que otras empresas de plantaciones de palma aceitera, Dekel Oil hizo hermosas promesas para lograr que los propietarios firmen contratos con ella. Dekel Oil prometió ayudar a los aldeanos dispuestos a firmar un contrato a obtener un crédito con el que podrían construirse una casa. Los aldeanos afirmaron, sin embargo, que las casas terminaron siendo más caras de lo planeado por la empresa y por tanto no pueden pagarle de vuelta.
Los representantes de la empresa también exageraron las cifras de producción al presentarle los contratos a los aldeanos. Al llegar a las aldeas con sus propuestas, los técnicos de Dekel Oil afirmaron que las plantaciones podrían producir aproximadamente entre 12 y 18 toneladas por hectárea por mes. Un informe reciente de la empresa (2) muestra que el rendimiento anual actual de los pequeños productores se sitúa entre 6 y 10 toneladas por hectárea por mes, es decir, una cifra bien inferior a las 12-18 toneladas que la empresa prometió inicialmente a los aldeanos por hectárea por mes.
La falsa promesa de “¡Usted se volverá muy rico!” con la que Dekel Oil llevó a los aldeanos a firmar los contratos se basó en estas expectativas exageradas de crecimiento. Dekel Oil prometió que los aldeanos ganarían 13 euros por hectárea cada mes, sin hacer ningún esfuerzo. El mensaje que acompañaba esta promesa era “¡Usted puede hacerse rico quedándose en su casa!”
Pero Dekel Oil no presentó la historia completa. La empresa jamás explicó cuánto había que gastar para establecer y mantener las plantaciones. Una vez firmados los contratos y plantadas las palmeras, la situación cambió. Los aldeanos recibieron muy poco dinero por haber cedido a Dekel Oil el control sobre sus tierras.
Algunos aldeanos no recibieron absolutamente nada. En la aldea de Ehia, subprefectura de Krinjabo, departamento de Aboisso, los aldeanos firmaron contratos con Dekel Oil por una superficie total de 86 hectáreas. La empresa ya estableció las plantaciones y cosecha las nueces de palma en 50 hectáreas, pero los aldeanos no han recibido ningún pago a cambio.
Frente a esta injusta situación y a los impactos sufridos por los aldeanos, un grupo de productores de palma aceitera que firmaron contratos con Dekel Oil decidió organizarse. Ellos crearon el “Colectivo de productores de palma aceitera”, cuyo fin es defender los derechos de sus miembros contra Dekel Oil. El Colectivo también comenzó a alertar a comunidades y aldeanos de otros lugares donde Dekel Oil está contactando agricultores para firmar contratos, acerca de lo que ocurre luego de la firma de estos contratos con la empresa.
Cláusulas contractuales peligrosas
Una de las principales preocupaciones que el Colectivo le plantea a los aldeanos y a las autoridades locales se refiere a algunas de las cláusulas incluidas en los contratos. El artículo 6 de los contratos de Dekel Oil estipula que seis meses antes del término del contrato (que dura entre 20 y 40 años), la empresa puede solicitar su renovación. Si el aldeano no se opone durante un corto período de tiempo luego de haber sido informado de la solicitud de la empresa, el contrato se renueva automáticamente.
Es importante recordar que la duración de los contratos es de entre 20 y 40 años y que algunos aldeanos no saben leer ni escribir. En ese contexto, una cláusula así puede permitir fácilmente a la empresa obtener el control de la plantación por mucho más tiempo que los 20 o 40 años previstos inicialmente por el contrato.
El Colectivo alerta a las comunidades a no firmar ningún contrato con la empresa en caso de que no estén en situación de comprender cabalmente las consecuencias. Las comunidades de Guitry, donde Dekel Oil afirma ya haber obtenido 24.000 hectáreas pero donde, que sepamos, no se ha firmado aún ningún contrato, deberían estar atentas a las falsas promesas que Dekel Oil les hará y a las desastrosas consecuencias tras la firma de dichos contratos.
Artículo basado en la presentación del Colectivo de productores de palma aceitera en Costa de Marfil durante una reunión internacional realizada en agosto de 2018.
(1) https://www.grain.org/fr/article/entries/5049-comment-nourrir-le-1
(2) Última presentación de Dekel Oil a los inversores,18 de setiembre de 2018.
(3) https://www.agenceecofin.com/palme/2308-22289-cote-d-ivoire-dekel-oil-lance-une-usine-de-transformation-d-huile-de-palme-a-ayenouan