Un comunicado de prensa emitido reciente por el FSC del Reino Unido afirmó que la etiqueta del FSC en la madera y los productos de madera brinda al público una "garantía de que la madera utilizada proviene de bosques manejados según las normas ambientales, sociales y económicas más exigentes" y que "toda persona que compre productos certificados por el FSC está ayudando a garantizar un futuro más seguro para los bosques de la tierra y para los pueblos y fauna que dependen de ellos".
Sin embargo, un nuevo informe que publicará Rainforest Foundation antes de la Asamblea General del FSC en noviembre, demuestra que esas afirmaciones no resisten un análisis en profundidad y que el FSC está engañando a la opinión pública sobre la confiabilidad de sus procedimientos de certificación. El informe se basa en 18 meses de investigación e incluye estudios de caso detallados de certificaciones del FSC y "procesos del FSC" nacionales "problemáticos" en Brasil, Canadá, Indonesia, Irlanda, Malasia y Tailandia (ver artículo de Chris Lang en este boletín).
Los Principios y Criterios del FSC para la evaluación y certificación de actividades de madereo han sido ampliamente apoyados por diversas ONGs a nivel internacional (si bien existen grandes reparos con relación al Principio 10 sobre plantaciones, como se discute en otro artículo de este boletín). Sin embargo existe abundante evidencia de que muchos certificados del FSC fueron concedidos a compañías madereras que incumplen seriamente los Principios y Criterios del FSC.
Rainforest Foundation cree que una de las razones subyacentes para esto es que los certificadores acreditados del FSC tienen fuertes intereses creados a nivel empresarial en asegurar resultados "exitosos" de las "evaluaciones" de certificación (sin tener en cuenta si la compañía maderera cumple realmente con los Principios y Criterios del FSC). Los organismos de certificación compiten en un mercado feroz para vender sus "servicios" de certificación a clientes (o sea, compañías madereras) que desean las "oportunidades de mercado" que representa el logotipo del FSC. Esto ha llevado a rebajar las normas y el rigor con que se evalúa realmente a las compañías madereras. El informe de Rainforest Foundation documenta ejemplos en los que compañías certificadas han cometido abusos graves de los derechos humanos, están talando bosques tropicales primitivos que contienen algunas de las especies de fauna más amenazadas del mundo, y han afirmado mentirosamente que cumplen con los requisitos de certificación del FSC.
El Secretariado del FSC, responsable de controlar y disciplinar a los certificadores y de asegurar que se cumplan los Principios y Criterios, no ha podido o no ha querido poner en práctica medidas que detengan ese abuso. Las comunidades locales, los pueblos indígenas y las ONGs a menudo son mal informadas o consultadas sobre las certificaciones, y se han visto enfrentadas a la tarea imposible de cuestionar las decisiones de certificación después de haberse otorgado los certificados.
En algunos países el "proceso del FSC" ha ayudado a unir a distintos grupos de "interesados", y ha llevado a crear normas nacionales de certificación que concilian todos los intereses. En otros, sin embargo, los grupos ambientales y sociales --a menudo representados por ONGs-- han resultado muy marginados y dominados por los intereses de la industria maderera. En algunos casos, las normas nacionales de certificación del FSC resultantes del proceso son menos exigentes incluso que las propias leyes nacionales.
Durante los últimos años, el FSC ha buscado expandir el área certificada, y hacer llegar productos con etiqueta del FSC a los estantes de los comercios con la mayor rapidez posible. En parte esto es así para poder "competir" con otros programas de certificación que no se basan en el desempeño, como el Programa de Certificación de Bosques Paneuropeo (PEFC por sus siglas en inglés). Y por otra parte, también ha sido para satisfacer la demanda de un número cada vez mayor de grandes procesadores de madera y comerciantes del norte, que han sido alentados a "solicitar productos certificados por el FSC". Sin embargo, el "rápido crecimiento" del enfoque del FSC parece haber alentado una actitud "laxa" a la hora de garantizar que los certificadores se ajusten realmente a los Principios y Criterios.
Además, varias "políticas" del FSC actualmente vigentes, como la política de etiquetado "en base al porcentaje" --que permite colocar la etiqueta del FSC a productos que contengan hasta 70% de material que no proceda realmente de bosques certificados por el FSC o fuentes recicladas-- fue elaborada específicamente para favorecer a los grandes intereses industriales, pero es casi imposible de controlar en la práctica. Al mismo tiempo, para los bosques comunitarios y para quienes los manejan en pequeña escala, resulta extremadamente difícil y costoso obtener o conservar la certificación del FSC.
Rainforest Foundation considera necesario una urgente reforma estructural, política y práctica para que el FSC sobreviva como mecanismo creíble de certificación del manejo de bosques ambientalmente adecuado, socialmente beneficioso y económicamente viable. El nuevo informe de Rainforest Foundation detalla varias propuestas de reforma. Y lo que es más importante, el FSC debe tomar medidas inmediatas para evitar que se otorguen nuevos certificados a compañías madereras que no cumplen realmente con los Principios y Criterios. El FSC debe apuntar a competir con otros programas de certificación en calidad y no en cantidad.
El informe de Rainforest Foundation, "Trading in Credibility: the myth and reality of the Forest Stewardship Council" estará disponible a partir del 20 de noviembre en el sitio web http://www.rainforestfoundationuk.com , o por correo electrónico rainforestuk@rainforestuk.org .
Por: Simon Counsell (Director RFUK), correo electrónico: simonc@rainforestuk.com , y Kim Terje Loraas (Policy Officer RFUK), correo electrónico: kim-lor@online.no