El Delta del Níger, en el sur de Nigeria, ha sido escenario de destrucción ambiental y violaciones de los derechos humanos en relación con la prospección y explotación de petróleo. La actividad de las petroleras, como Shell, Mobil, Chevron y NAOC- con el apoyo del ejército nigeriano- ha sido denunciada reiteradamente y resistida por las comunidades locales (ver Boletines 22 y 23 del WRM). Las poblaciones locales han obtenido recientemente una gran victoria sobre la poderosa Texaco Company, con sede central en los EE.UU. Como consecuencia de ello la empresa se ha visto obligada a detener sus operaciones en la región del Delta. Este exitoso resultado fue obtenido gracias a efectivas protestas y acciones directas. Por ejemplo, miembros de la comunidad bloquearon las plataformas de Funiwa y Apoi Norte, haciendo descender la producción en más de 50.000 barriles diarios de petróleo crudo. Al mismo tiempo, un grupo de jóvenes atacó las oficinas de Texaco en la zona industrial sureña de Warri.
Texaco no es la única multinacional petrolera que se ha visto forzada a poner fin o disminuir sus operaciones debido a la ocupación de estaciones extractivas o plataformas petroleras. En enero pasado Shell, la mayor productora de petróleo de la región, fue la primera en ser cerrada mediante una protesta no violenta, y hoy en día la compañía está operando al 25% de su capacidad.
Si bien las petroleras todavía no se retiraron definitivamente del área, la oposición va en aumento. En diciembre de 1998 cerca de 500 comunidades Ijaw junto a más de 200 ONGs de todo el mundo suscribieron la Declaración de Kaiama, en la que se solicitaba a las multinacionales que operan en el Delta del Níger que detuvieran voluntariamente sus actividades, con la finalidad de remediar los impactos provocados por la producción de petróleo sobre las comunidades y su ambiente.
Fuente: Drillbits & Tailings, Vol 4, Nr 13, 25/8/99.