A continuación reproducimos el editorial aparecido el 30 de junio ppdo. en el periódico The Post, de Zambia, bajo el título "Los bosques de Zambia". El mismo arroja claridad sobre los verdaderos problemas que están sufriendo los bosques en ese país:
"El estado de deterioro en que se encuentran los negocios de nuestro sector forestal debería ser un problema muy preocupante para todos los habitantes de Zambia.
Las preocupaciones señaladas por el Ministro del Ambiente y Recursos Naturales, William Harrington, acerca de la degradación ecológica y ambiental que está sufriendo el país como consecuencia de la tala de árboles para leña y carbón, merece la urgente atención del gobierno.
Sin embargo, las afirmaciones de Harrington acerca de que las altas tarifas eléctricas están afectando la política de electrificación rural del gobierno de Zambia plantea aún más interrogantes. ¿No ha sido el propio gobierno quien se ha metido en esta situación merced a sus desenfrenadas políticas de liberalización de la economía?
Con la recientemente anunciada nueva política energética, por la que se privatiza prácticamente toda la generación de energía, olvidémonos de la electrificación rural, probablemente hasta el próximo milenio.
Pero no solamente la desaparición de los bosques por actividades de la agricultura comercial, la obtención de leña y los incendios debería preocuparnos.
Políticas agrícolas equivocadas están empujando a más y más campesinos al "chitemene", una práctica primitiva destructiva que el gobierno del Partido Unido para la Independencia Nacional (UNIP) casi llegó a erradicar en las décadas de 1970 y 1980. La culpa de la vuelta al "chitemene" la tienen, en cierta medida, las ciegas políticas de liberalización económica llevadas adelante por el gobierno, que han conducido a la escasez y al suministro tardío de insumos agrícolas.
Sin embargo hay otra práctica, todavía más destructiva, que el Ministro Harrington no mencionó en absoluto: la descontrolada o pobremente controlada explotación comercial de madera, especialmente en las Provincias Oriental, Occidental y Sur de Zambia.
El Ministro Harrington debería saber muy bien cómo está siendo destruida la selva en la Provincia Occidental, en Mukwa, ya que él mismo proviene de allí. Pero ha preferido no mencionar el asunto. ¿Por qué?
No creemos que su silencio se deba a una visión superficial del tema o a que lo desconozca. Harrington ha sido, en nuestra opinión, el mejor y más comprometido Ministro del Ambiente que ha tenido el gobierno del Presidente Frederick Chiluba.
La madera es un gran negocio que reporta enormes beneficios para los que de él participan, y posiblemente sea por eso que el Ministro Harrington haya preferido guardar silencio, atacando en cambio a los pequeños hombres y mujeres que procuran obtener leña y carbón.
No estamos en contra de una explotación bien planeada y manejada del potencial de los bosques de Zambia, realizada en beneficio de nuestro país y su pueblo. Pero nos oponemos a lo que, por ejemplo, está pasando en Mukwa, en la Provincia Occidental.
Allí se está cortando indiscriminadamente los árboles, sin ningún sistema para sustituirlos. A un árbol de Mukwa le lleva entre 50 y 70 años madurar y la Provincia Occidental es una región semidesértica, lo que significa una muy seria amenaza ecológica y ambiental. Lo que es más, ¿quiénes son los que, en la Provincia Occidental, se están beneficiando de estos negocios? Muy pocos, en todo caso. Todo el dinero generado en los negocios de Mukwa se va al exterior o a Lusaka. No hay industrias forestales -que valga la pena mencionar- establecidas en la Provincia Occidental, que beneficien a la población local.
Exhortamos al Ministro Harrington a observar con detenimiento el negocio de la madera y sus efectos sobre el ambiente, y a hacer algo al respecto."
Fuente: The Post / Post Newspapers / (enviado por Richard Sherman, Sudáfrica).