En el marco de un seminario de alto nivel sobre "La visión de la Dirección del Departamento Forestal", realizado el 21 de marzo ppdo., Plodprasop Suraswadi, Jefe del Departamento Forestal, propuso que se otorgaran concesiones de corta a empresas madereras, con el fin de lograr el desarrollo de bosques degradados, argumentando que tal medida frenaría las invasiones de tierras y generaría ingresos para el estado. Desde su punto de vista, el problema con la deforestación ha sido que el gobierno estuvo dispuesto a ceder a las demandas de los ocupantes y a reconocerlos como dueños legítimos de los bosques. De este modo, en lugar de entregar las tierras forestales al uso exclusivo de un grupo de personas, el otorgamiento de concesiones dejaría satisfechas a todas las partes. Los concesionarios deben ser grandes compañías, con un estado financiero saludable y están obligados a invertir en la plantación de árboles en los sitios ocupados por bosques degradados. Asimismo, se requerirá a las empresas que funcionen como cooperativas, permitiendo que la población local tenga participación en los proyectos y reciba parte de las ganancias cuando los árboles estén maduros como para ser cortados y procesados comercialmente. Se supone que la propuesta tiene en cuenta también la conservación de la vida silvestre; por ejemplo, se sugiere criar dentro de los bosques ejemplares de especies en peligro de extinción, para luego ser eventualmente vendidos como mascotas.
Grupos campesinos y ambientalistas reaccionaron, considerando la propuesta como "imposible" e "irreal". Argumentan que este tipo de medidas no resuelve la cuestión de la ocupación de los bosques, que es en realidad un problema social, no un conflicto de negocios.
Décadas de corta descontrolada en gran escala han provocado que la cubierta de bosques de Tailandia haya descendido del 60 a tan sólo el 25%. Tal destrucción estimuló la incidencia de devastadoras inundaciones, las que a su vez significaron la pérdida de vidas humanas y la destrucción de poblados y medios de vida de la gente. La plantación de vastos monocultivos de eucalipto para incrementar la "cubierta forestal" no constituyó una solución al problema. Por el contrario, trajo consigo muchos otros problemas de carácter ambiental y social. La política de parques nacionales adoptada -que supuestamente apunta a asegurar la conservación de los bosques- se focalizó exclusivamente en la "protección de la naturaleza" y consideraba que quienes viven en territorios declarados área protegida son actores a ser excluidos y expulsados de los mismos. Tal enfoque demostró ser completamente inadecuado, tanto para los bosques, como para la gente.
Durante el taller asiático sobre causas subyacentes de la deforestación y la degradación de los bosques, que se realizó en diciembre pasado en Berastagi, Indonesia, se presentó un estudio de caso de Tailandia, en el que se proponían una serie de soluciones para las tres comunidades estudiadas. Entre ellas se incluía: el apoyo a la agricultura alternativa, el manejo de cuencas y la promoción del buen manejo forestal, terminando con la expulsión de los habitantes de los bosques, el apoyo a los bosques comunitarios y el permitir a las comunidades locales y la sociedad civil participar en el manejo de los recursos naturales a todos los niveles. Creemos que ésta es una forma equitativa y realista de abordar el problema: centrarse en el nivel local, tomando en cuenta los puntos de vista e intereses de las poblaciones locales y adoptando una visión holística de los bosques, que no son sólo fábricas de madera. Desgraciadamente, las autoridades tailandesas parecen inclinarse por hacer propuestas irreales y orientadas por la ideología de mercado.
Fuente: Late Friday News, nro. 33, 27/3/99. Comentarios a cargo de la Secretaría Internacional del WRM.