Gabón es uno de los países africanos más ricos en biodiversidad y menos poblados. Hasta hace pocos años, el 85% de sus selvas eran bosques primarios, habitados por pueblos indígenas. Sin embargo, el actual modelo de desarrollo --basado en la explotación de madera, petróleo, uranio y otros minerales-- los está destruyendo aceleradamente.
La explotación de madera es realizada por doquier, siendo compañías madereras transnacionales agentes activos de la destrucción de la selva. Los medios de vida de la población de pigmeos están desapareciendo, al tiempo que gorilas, chimpancés, mandriles y elefantes están en peligro de extinción debido a la caza desmedida.
A mediados de los años 90 una porción de selva especialmente rica --la de Ipassa Mingouli, sobre el Río Ivindo-- fue objeto de negociaciones entre las autoridades de Gabón, el proyecto de Conservación y Desarrollo Sustentable de Ipassa-Mangouli y diversas instituciones como la UICN, la Unión Europea y la UNESCO.
En noviembre de 1995 el Grupo Rougier --compañía maderera francesa que tiene concesiones madereras en el área del proyecto-- y la UICN firmaron un acuerdo para el desarrollo sustentable de los recursos naturales de la región, con apoyo financiero de la Unión Europea (UE). Debido a una serie de motivos, la UE y la UICN demoraron el inicio de la ejecución del proyecto. Entretanto, el Grupo Rougier, sin información previa a sus socios, aprovechaba para realizar una explotación maderera intensiva en la propia área núcleo del Proyecto Ipassa-Mingouli y abría carreteras para el transporte de las trozas.
La invasión perpetrada por el Grupo Rougier en el área núcleo del Proyecto, fue descubierta durante la filmación del programa Wild Planet, por el periodista de la CNN Gary Strieker y el ecologista italiano Giuseppe Vassallo, integrante de WEESA, una red ambientalista formada recientemente, constituída por estudiantes de varias universidades europeas.
Estos hechos muestran una vez más los impactos sociales y ambientales de las actividades de las compañías madereras transnacionales en los países tropicales, que obtienen sus ganancias de la explotación destructiva de los recursos a nivel local, para extraer la madera que será utilizada en la fabricación de pisos de parquet y muebles destinados a algunos privilegiados sectores de las sociedades del Norte.
Fuente: Giuseppe Vassallo WEESA (World Eco Emergency Students Action).