En septiembre de 2015, Re:Common y el WRM investigaron una de las iniciativas de compensación por pérdida de biodiversidad más ampliamente propagandeadas en el sector de la minería: el proyecto de la empresa Río Tinto, en el sureste de Madagascar. Rio Tinto y sus socios del sector conservacionista alegan que, a la larga, la estrategia de conservación de biodiversidad de la compañía tendrá incluso un “impacto positivo neto” en la biodiversidad, con lo que quieren decir que la presencia de la compañía en la zona supondría, en última instancia, un beneficio para la biodiversidad. Esto a pesar de que la extracción de ilmenita en la mina de Rio Tinto destruirá 1.600 hectáreas de un bosque costero único, que alberga numerosas especies que sólo se encuentran en este tipo de bosque en Madagascar. El “impacto positivo neto” se lograría con una combinación de medidas de conservación dentro de la concesión minera y compensaciones por pérdida de biodiversidad en tres lugares diferentes.
El WRM y Re:Common visitaron comunidades afectadas por una de las compensaciones de biodiversidad, el área de Bemangidy-Ivohibe, a unos 50 kilómetros al norte de la concesión minera. Quisimos averiguar qué piensan de esta iniciativa piloto en el sector minero los más directamente afectados por el proyecto de Rio Tinto.
Incumplimiento en comunicar a las comunidades que el “proyecto de conservación”, de hecho, es una compensación por pérdida de biodiversidad
Lo que encontramos fue que las comunidades no han sido debidamente informadas de lo que son realmente las compensaciones por pérdida de biodiversidad. Omitieron decirle a los aldeanos que lo que se les presentó como un “proyecto de conservación” fue ideado en realidad para compensar la destrucción de un bosque litoral único y excepcional - así como los medios de vida de las familias que dependen de ese bosque - cerca de la ciudad de Fort Dauphin, a unos 50 kilómetros al sur del proyecto de compensación por pérdida de biodiversidad Bemangidy-Ivohibe, donde Rio Tinto QMM (1) extrae ilmenita.
Por ejemplo, poco después de nuestra llegada a una aldea nos dijeron: “La empresa QMM tiene este proyecto aquí para proteger el bosque, y está trayendo estudiantes de Tana [Antananarivo, la capital de Madagascar] para hacer investigaciones aquí en el bosque. No entendemos mucho qué quiere hacer aquí QMM. Está plantando algunos árboles y eso es todo. No entendemos y les estaríamos muy agradecidos si ustedes pudieran brindarnos más información sobre sus planes”.
Antes de la llegada del proyecto de compensación por pérdida de biodiversidad de Rio Tinto QMM, los aldeanos practicaban agricultura de rotación para cultivar su alimento básico, la mandioca, en el borde del bosque. Una de las restricciones que impone ahora el proyecto de compensación es que los aldeanos ya no están autorizados a plantar mandioca en ese lugar ni utilizar el bosque como lo hacían antes.
La seguridad alimentaria bajo amenaza
Cuando se les dijo a las comunidades que ya no podrían plantar en el borde del bosque, los aldeanos comenzaron a buscar nuevos lugares donde cultivar. El único del que pudieron disponer fueron las dunas de arena. Ahora deben recorrer entre 3 y 4 kilómetros desde sus aldeas - casi una hora - para llegar a sus campos de cultivo, atravesando pequeñas lagunas y arroyos. Explicaron que durante la época de lluvias (de noviembre a abril), ir y venir de los campos es traicionero, sobre todo cuando regresan con la carga de alimentos. Además, la productividad en el suelo arenoso es más baja que en los suelos del bosque, y el cultivo de mandioca no prospera. Los nuevos campos de mandioca no están produciendo lo suficiente como para alimentar a todas las familias de las comunidades.
En términos de seguridad alimentaria, el proyecto de compensación por pérdida de biodiversidad de Rio Tinto QMM en Bemangidy está por tanto resultando un desastre. Deja a los aldeanos sin su alimento básico gran parte del año y las familias no tienen ingresos regulares en efectivo como para comprar alimentos. A la vez, ninguna de las actividades alternativas de generación de ingresos prometidas al inicio del proyecto se concretaron en aldeas como Antsotso, y los aldeanos aún no han recibido compensación por la pérdida de acceso a sus tierras tradicionales.
Los aldeanos que viven en este sitio de compensación por pérdida de biodiversidad consideran que las restricciones les fueron impuestas sin que mediara negociación alguna y prácticamente sin tener en cuenta su situación. “Ellos no vienen a preguntar, vienen a avisar”, fue uno de los comentarios que hicieron los aldeanos en varias ocasiones durante nuestra visita. Si se encuentra a alguien haciendo agricultura en el bosque sin un permiso, o en zonas donde se prohíbe su uso, debe pagar una multa de entre 50.000 y 1.000.000 de Ariary (entre 15 y 300 euros). Para poner esto en perspectiva, más del 75 por ciento de los malgaches vive con menos de 2 dólares diarios y el salario mínimo oficial en Madagascar en 2015 era de 125.000 Ariary (35 euros al mes). “Si uno no puede pagar la multa, lo llevan al Departamento Forestal y luego a la cárcel”, explicó uno de los aldeanos durante una reunión de la comunidad.
Tácticas deplorables para hacer cumplir las restricciones
Las instituciones estatales y el sector de la conservación de Madagascar están utilizando cada vez más expresiones arraigadas en formas consuetudinarias de toma de decisiones sobre el uso de las tierras tradicionales para hacer cumplir las restricciones sobre su uso en las áreas protegidas y en sus alrededores. Un ejemplo es cómo algunas ONG conservacionistas utilizan el término “dina”.
Una dina forma parte del sistema consuetudinario de regulación del uso de las tierras tradicionales dentro y entre las comunidades. El proceso de acordar una dina implica una negociación entre quienes usan la tierra en torno a cómo se puede utilizar determinada zona. Por esta razón, una dina genera un grado de respeto que generalmente no lo tiene la reglamentación estatal. Hasta hace poco, una dina no era un documento escrito, no necesitaba serlo. Aquellos a quienes se aplicaba habían participado de la negociación y, como parte del proceso, se comprometían a respetar lo que habían establecido de mutuo acuerdo.
En la última década, sin embargo, las autoridades estatales y ONGs conservacionistas comenzaron a utilizar el término dina en documentos que contienen reglas escritas impuestas a las comunidades como parte de los proyectos de conservación. Un artículo académico sobre la transferencia de la gestión de áreas protegidas en Madagascar señala que las dinas vinculadas a dichas transferencias de gestión “reflejan la agenda de la institución (ONG y/o proyecto) que apoya la implementación de la transferencia de gestión, en lugar de las prioridades de la comunidad. Carecen de la flexibilidad de las normas tradicionales y no toman en consideración la situación económica específica de quienes infringen las reglas. Se centran en la represión y las sanciones y no en las modalidades de extracción de los recursos”. (2)
En las conversaciones, los aldeanos mencionaron una “dina de Asity". Asity Madagascar es la filial nacional de BirdLife International en Madagascar y está a cargo de la implementación del proyecto de compensación por pérdida de biodiversidad en Bemangidy-Ivohibe. Según explicaron los aldeanos, la dina de Asity prohíbe utilizar fuego en la ladera, ni siquiera para recuperar zonas de agricultura migratoria donde se pudiera plantar el cultivo. Poco después de nuestra visita en septiembre de 2015, un aldeano quemó la vegetación en una de estas áreas para prepararla para sembrar. Los aldeanos presentes en una reunión en la que se discutieron los resultados primarios del informe de campo, explicaron que el aldeano atraviesa serias dificultades y necesita tierra para cultivar mandioca. Se le ordenó pagar una multa de 100.000 Ariary [30 euros] por prender fuego en una zona donde la dina que regula el uso del bosque en el área de compensación por pérdida de biodiversidad lo prohíbe.
Las reuniones realizadas con una ONG conservacionista involucrada en la aplicación del proyecto revelaron, además, que se ha recurrido a métodos deplorables para garantizar el cumplimiento de estas restricciones sobre el uso del bosque. En las reuniones oímos hablar de diversos métodos y tácticas utilizadas para “que el proyecto de compensación sea un éxito”. Estas tácticas no son quizás un caso único en el sector conservacionista. Sin embargo, rara vez se comparten tan abiertamente.
Nos dijeron que debido a que Rio Tinto QMM está implementando el proyecto con miras a crear un “impacto positivo neto” en la biodiversidad, las ONG conservacionistas tenían la obligación de ayudarlos a lograrlo. Luego nos explicaron cómo lo hicieron en el sitio de compensación Bemangidy-Ivohibe.
Para introducir las actividades de compensación por pérdida de biodiversidad de Bemangidy, personal de la ONG participó de una serie de visitas a las comunidades. En algunas ocasiones fueron visitas conjuntas de la empresa y la ONG; en otras, personal de la ONG visitó las aldeas en torno a Bemangidy sin los representantes de Rio Tinto QMM. Estas visitas fueron presentadas a veces como una forma de implementar el proyecto de compensación de manera participativa, y otras veces como parte de un proceso de persuasión sutil. “Básicamente, fue un lavado de cerebro”, nos dijeron en determinado momento de la conversación. (3)
En una primera reunión, personal de la ONG les hablaba de la importancia del bosque, para luego presentar la compensación por pérdida de biodiversidad, a la que se refirieron como un proyecto de conservación. También hubo una dura crítica a las actuales prácticas locales de uso de la tierra. Nos enteramos que no todas las reuniones de la comunidad anduvieron bien. Una reunión en particular, en la que estaban presentes representantes de Rio Tinto QMM, fue descrita como “un fiasco”, en parte porque los aldeanos habían pedido que se resolviera el tema pendiente de recibir una compensación por la pérdida de acceso al bosque.
Para evitar un “fiasco” similar en las reuniones siguientes, en el comienzo introdujeron un servicio religioso. La reunión sobre el proyecto de compensación que se hizo a continuación, también se llevó a cabo en la iglesia, “para evitar alteraciones”. (4) Se pensó que la gente se mantendría más tranquila en una iglesia. Los aldeanos lo describieron como una forma de “aprovecharse de la cultura ecuménica”, también por la manipulación de aludir a que Dios y los ancestros eran quienes habían pedido la protección del bosque “para las generaciones futuras y para respetar a los antepasados”.
La ONG sacó partido de la fuerte cultura de reciprocidad de las costumbres tradicionales - la importancia de compartir y el sentimiento de que si no se aprende a dar tampoco se recibirá -, que también le permitió desechar los pedidos de compensación con mayor facilidad.
Las compensaciones por pérdida de biodiversidad - doble acaparamiento de tierras en nombre de la biodiversidad
La compensación por pérdida de biodiversidad de la minera Rio Tinto QMM en Bemangidy-Ivohibe, en el sudeste de Madagascar, ha precarizado aún más los medios de subsistencia de las comunidades que afecta, las cuales enfrentan aún mayores riesgos de hambre y privaciones como resultado directo de un proyecto que beneficia a una de las empresas mineras más grandes del mundo. Y aún así, Rio Tinto es capaz de afirmar que su mina de ilmenita ha venido “al rescate de la biodiversidad única de la zona litoral de Fort Dauphin”. (5) Esto a pesar de que las actividades de extracción de mineral destruirán una gran parte de las 1.600 hectáreas de dicho bosque dentro de la concesión.
La gigante minera y sus colaboradores hablan con entusiasmo de un “impacto positivo neto” en la biodiversidad, alegando que el bosque costero del cual extrae la ilmenita habría sido destruido de todos modos en los próximos decenios por las prácticas agrícolas de los campesinos locales. Los argumentos utilizados para fundamentar esta afirmación son muy cuestionables. Rio Tinto QMM argumenta que con la conservación de algo de bosque dentro de la concesión minera, y con la protección y restauración de un bosque en otro lugar similar al destruido por la mina, las actividades mineras de la empresa darán como resultado un “impacto positivo neto” en la biodiversidad, en comparación con lo que de otro modo hubiera ocurrido. Afirman, además, que de no haber sido por las actividades llevadas a cabo por Rio Tinto y sus socios a través de la compensación por pérdida de biodiversidad, el bosque de ese lugar hubiera sido destruido por la agricultura campesina.
La realidad, sin embargo, es muy diferente a lo que cuentan los vistosos folletos distribuidos por todo el mundo. Los medios de subsistencia de los pobladores afectados no sólo por la propia minera sino también por la compensación por pérdida de biodiversidad, se han tornado aún más precarios para que Rio Tinto pueda aumentar sus ganancias de la extracción de ilmenita. Por lo tanto, en realidad, el proyecto modelo de Rio Tinto QMM se convierte en un doble acaparamiento de tierras en nombre de la biodiversidad.
El informe está disponible en inglés y francés en http://wrm.org.uy/other-relevant-information/new-report-rio-tintos-biodiversity-offset-in-madagascar/.
Puede obtenerse una versión malgache a pedido.
Es posible acceder a un resumen en italiano en http://www.recommon.org/linganno-del-biodiversity-offsetting-il-caso-rio-tinto/.
(1) La mina es explotada por QIT Madagascar Minerals (QMM), una empresa conjunta en la que Rio Tinto posee el 80% de las acciones y el estado de Madagascar el 20% restante.
(2) M. Berard (2011): Legitimite des normes environnementales dans la gestion locale de la foret a Madagascar. Canadian Journal of Law and Society, vol. 26. P 89-111.
(3) Respuesta de Asity a la descripción de la conversación, recibida el 08 abril de 2016 por correo electrónico: “la façon dont on a rédigé la phrase ne relate pas vraiment la réalité. Primo, le « lavage de cerveau » n’est pas le mot approprié, mieux vaut dire que c’est un moyen d’apporter des éclaircissements pour la population. Secundo, les visites servent à sensibiliser la population sur les tenants et aboutissants du projet Offset.” [“La forma en que está redactada la frase no refleja verdaderamente la realidad. En primer lugar, el ‘lavado de cerebro’ no es la palabra adecuada, más bien se diría que se trata de un medio de aclararle a la población. En segundo lugar, las visitas sirven para sensibilizar a la población acerca de cómo funciona el proyecto de compensación”.]
(4) Respuesta de Asity a la descripción de la conversación que se hace en el informe, recibida el 08 abril de 2016 por correo electrónico: “En voici la réalité : tout au début, des groupes de personnes trouvaient toujours les moyens de perturber la réunion. Pour éviter cela, nous avons négocié avec les responsables de l’Eglise de Iaboakoho à débuter la réunion par une prière, et de prendre les décisions difficiles dans l’église même.” [La realidad es que, al principio, siempre hay personas que encuentran la manera de interrumpir este tipo de reuniones. Para evitarlo, negociamos con los líderes de la Iglesia de Iaboakoho para comenzar la reunión con una oración, y tomar las decisiones difíciles en la iglesia”.]
(5) A mine at the rescue of the unique biodiversity of the littoral zone of Fort Dauphin, material de prensa de QIT Madagascar Minerals SA, 2009.