El caucho es parte de la vida de la gente del sur, y está relacionado tanto con la cultura como con la economía desde hace 108 años. El sistema del monocultivo ha reemplazado el sistema tradicional de producción de caucho llamado suan somrom o “jardín integrado”, donde el caucho se plantaba entre los frutales y en los bosques naturales. La plantación de caucho ha sido alentada por el gobierno a través del Fondo de Fomento de las Plantaciones de Caucho. La promoción de la expansión del área cauchera realizada por la Oficina del Fondo de Fomento, el alza del precio del caucho y la fuerte demanda mundial de látex natural para la fabricación industrial de diversos artículos han llevado a que las plantaciones de caucho lleguen a invadir los bosques del sur y de la región nordeste, que constituyen una parte importante del bosque natural del este. El caucho es una especie no nativa promovida por el gobierno, y tanto el Departamento Forestal Real como la Organización de la Industria Forestal aspiran a generar ingresos para su organización por medio de las plantaciones comerciales.
¿Qué factores inciden en los precios del caucho en Tailandia? Ciertamente, la demanda del mercado y la producción mundial tienen un papel esencial. El precio también está ligado a las variaciones del precio del petróleo, que es un factor importante para la producción de caucho sintético. Cuando el precio del petróleo sube, los costos de producción y el precio del caucho sintético también lo hacen, y esto lleva a los países a utilizar más caucho natural. En cambio, si el precio del caucho natural sube demasiado para los diversos productores industriales, éstos vuelven a usar más caucho sintético, con lo cual el precio del caucho natural se ajusta a la baja.
Sin embargo, los precios son fijados también por diversas manos ocultas. El mercado tailandés del caucho está controlado por
inversores de Singapur y Malasia, así como por tailandeses. Por otro lado, las diversas industrias caucheras están dominadas por países industrializados como Alemania, Italia, el Reino Unido y Estados Unidos, cuya cadena comercial se conecta a su vez con los comerciantes industriales de Tailandia.
En este momento, el precio del caucho depende también de la intervención de los controladores mundiales del stock. Si hay mucho caucho acumulado en los depósitos, los países venden su stock a los fabricantes de productos de caucho y disminuyen la compra del caucho producido durante el año. Esto incide en el precio del caucho. Si la demanda es excesiva durante mucho tiempo, entonces los países productores de caucho presionan para que todos reduzcan la producción.
Otro factor que incide en el precio del caucho es la especulación en los mercados de futuros. Los más influyentes son los de Japón y Singapur. El noventa por ciento de las transacciones de los mercados japoneses (Tokyo y Kobe) son especulativas, y el resto son transacciones comerciales de importadores e intermediarios.
Del mismo modo, el 80% de los movimientos en el mercado de Singapur se refiere al mercado de futuros, y el resto a la transferencia física de mercadería. El mercado de Singapur existe desde hace mucho tiempo y es, entre otras cosas, un centro financiero y bancario. Se encuentra cerca de los tres productores de caucho más importantes del Sudeste asiático, es decir Tailandia, Malasia e Indonesia. Entre los tres, estos países producen aproximadamente el 70% del caucho mundial.
Tailandia es el mayor productor mundial de caucho. Sin embargo, los precios están determinados por los mercados de Singapur y
Japón. El gobierno tailandés nunca desarrolló la influencia de Tailandia en los mercados mundiales del caucho. El gobierno administra y controla el precio cediendo a la presión de países extranjeros y agencias internacionales. Para mantener los precios estables y conseguir los votos de los cultivadores de caucho, el gobierno aplica regularmente un enfoque intervencionista. Por ejemplo, durante los sucesivos gobiernos de Chuan Leekpai y del general Chavalit Yongchaiyut, hubo seis intervenciones en el precio del caucho. En total, el gobierno compró 1.300.000 toneladas en 25.394 millones de baht. Como resultado, el presupuesto gubernamental tuvo un déficit de 6.267 millones de baht, debido principalmente a la corrupción ministerial. Los métodos utilizados fueron la presión, la acumulación de stock, la malversación, la reducción de precios y el fraude, por ejemplo, vendiendo un mismo stock de caucho más de 50 veces sin llegar a entregarlo nunca.
Además, el gobierno aprobó una ley para controlar el precio del caucho, limitar la superficie donde plantarlo y determinar qué variedades plantar. No se permite a los agricultores desarrollar por sí mismos la producción de caucho. Estos controles fueron instalados para lograr que el caucho tailandés fuera competitivo en el mercado mundial. Sin embargo, los problemas estructurales mencionados llevaron a que los inversores que controlan la producción y la comercialización del caucho monopolizaran el mercado, mientras que los agricultores debieron limitarse al papel de proveedores del mercado interno y externo.
Es evidente que, si sólo son los proveedores iniciales de la producción de caucho, no tienen influencia alguna en la fijación del precio. En 2007, el costo de producción de láminas de caucho crudo y de látex fresco era para ellos de unos 35 baht por kilo, sin contar los costos de tierra y mano de obra. Como el precio del caucho en láminas y del látex fresco fluctuaba entre 50 y 100 baht por kilo, los agricultores conseguían un precio relativamente bueno.
Ciertamente, cuando se compara el precio local con el precio de mercado, el de los mercados provinciales es más alto. El año
pasado, el precio local de las láminas de caucho crudo era de 47,14 baht por kilo, mientras que en Had Yai era de 73,05 baht, y de 74,57 en subasta (19 de octubre de 2007). Este año, las láminas ahumadas de caucho de grado 3 valían sólo 35,73 baht por kilo en Hat Yai (4 de diciembre de 2008).
Ahora que el precio ha vuelto a caer, cabe preguntarse si el gobierno aplicará los métodos intervencionistas de siempre para resolver los problemas de los agricultores, y si el dinero de los contribuyentes se usará para “remar en una bañera”.
Mientras tanto, los cultivadores de caucho tratan de arreglárselas por sí mismos. En el caso de la comunidad de Mai Reang, los agricultores formaron una red industrial comunitaria con once aldeas vecinas, para procesar el caucho. Al mismo tiempo, están diversificando los cultivos para evitar los problemas que se plantean cuando se depende sólo del caucho. Además de caucho, plantan frutales, tienen arroceras y diversos negocios a pequeña escala. El cultivo de otras plantas sirve para mejorar la ecología de los suelos en las zonas de plantación de caucho. Los agricultores del grupo usan abonos orgánicos en lugar de fertilizantes químicos, con lo cual reducen los gastos de la familia. También disponen de alimentos variados. Esta solución mixta ha sido puesta en práctica por familias que necesitan ser autosuficientes además de trabajar dentro del sistema capitalista.
Por Sayamol Kaiyoorawong, Environment Awareness Building Project, correo electrónico: noksayamol@yahoo.com