Mercantilización de la naturaleza
Ponerle precio a partes de la naturaleza tiene una larga historia. La pérdida de bosques a gran escala y la violación de los derechos de las comunidades han sido la consecuencia de esta centenaria fiebre empresarial por la madera y la tierra. Los llamados “servicios ecosistémicos”, como por ejemplo las funciones que cumplen los bosques en los ecosistemas, son una nueva forma de continuar con la monetarización y comercialización de la naturaleza. El resultado es un mayor despojo de las comunidades que dependen de los bosques y la permanente destrucción de los territorios por parte de las empresas.
Pese a las tácticas corporativas que buscan ocultar el daño y la violencia subyacentes a las plantaciones a gran escala de monocultivos de árboles, cada año, comunidades y movimientos se pronuncian el 21 de septiembre para dar visibilidad a sus luchas y denunciar sus nocivos impactos.
Fondos del sistema de Forestación Compensatoria han sido asignados para medidas de apoyo frente al Covid-19. Este Fondo ha financiado plantaciones que invaden tierras comunitarias y ha provocado desalojos en “Áreas Protegidas”. Nada de esto cesó durante la cuarentena.
La crisis ambiental, climática y social es una realidad desde hace tiempo. Las empresas y sus aliados, sin embargo, en lugar de reconocer su contribución a esta crisis, utilizan la pandemia para intentar expandir las Áreas Protegidas, presentándolas como una “solución”.
El plan de la industria de la conservación para duplicar el tamaño de las Áreas Protegidas es supuestamente la solución a la pérdida de biodiversidad, el cambio climático ¡y ahora incluso el COVID-19! Otra gran mentira de la conservación.
En 2004, ONG conservacionistas y el Ministerio Forestal de Indonesia lideraron un modelo llamado Concesiones para la Restauración de Ecosistemas. Aquí se analiza en el contexto de las viejas y nuevas amenazas a los bosques y de la presión por la “restauración de los bosques”. (Disponible en indonesio).
La petrolera Shell afirma que es posible hacer que el carbono emitido al conducir un auto sea “neutro”; solo hay que "compensar" las emisiones plantando árboles o invirtiendo en zonas de bosque existentes en otros lugares. Pero, ¿qué está pasando en esos "otros lugares"? (Disponible en indonesio).
La nueva moda en la conservación de bosques son las Soluciones Basadas en la Naturaleza. Otra falsa solución que distrae de la imperiosa tarea de mantener el petróleo, el gas y el carbón bajo tierra.
Un oxímoron describe “una frase o declaración que parece decir dos cosas opuestas”. El Banco Mundial tiene mucha experiencia con ellos.
La empresa australiana Base Resources fue autorizada a destruir el Bosque Mikea en tanto establezca un proyecto de compensación por pérdida de biodiversidad, lo que a su vez impone severas restricciones a las comunidades.
El gobierno afirma que la agricultura a pequeña escala es la responsable de la deforestación. Pero esta afirmación ignora las políticas del gobierno en conducir cambios en el uso de la tierra y mercados destructivos así como la exclusión de los pueblos indígenas con la creación de reservas.
REDD+ ha demostrado ser un fracaso para el clima, los bosques y sus pueblos, pero aun así varios organismos internacionales y gobiernos continúan apoyándolo. Este artículo analiza su incapacidad para detener la deforestación y las fallas de sus principales iniciativas.
Indonesia: el destino de las aldeas pesqueras en la crisis climática y el fracaso del ‘Carbono Azul’
El llamado ‘Carbono Azul’ surgió como un nuevo mecanismo de compensación a través de la absorción de carbono que realizan los manglares y otros territorios costeros. Sin embargo, advierten que es una estrategia para transformarlos en activos negociables en el mercado