Mujeres en resistencia
Cuando se destruyen los bosques, las mujeres de las comunidades que dependen de ellos se ven muy afectadas: sus condiciones de vida son particularmente precarias y la provisión de alimentos, medicinas, materiales y agua limpia se vuelve aún más difícil. El conocimiento y la sabiduría tradicional que transmiten de generación en generación también corren peligro. Es por eso que las mujeres a menudo están al frente de la resistencia a la destrucción de los bosques.
La organización, la división sexual y la precarización del trabajo en los monocultivos afectan la salud de las trabajadoras y las transformaciones territoriales de ese modelo de producción afectan a las mujeres.
Las plantaciones están rodeando y engullendo cada vez más a las comunidades. Las mujeres deben recorrer tierras acaparadas por las empresas para buscar sus medios de vida. Esto, entre otras cosas, les puede costar la vida.
El paradigma extractivista representa una amenaza para la vida y el sustento de las comunidades en la región sur de África, en particular de mujeres y niñas; desde Mozambique, donde las mujeres deben hacer frente a la escasez de agua y la contaminación, hasta Zimbabue, donde la violencia militarizada y a menudo sexualizada asedia la vida cotidiana de las mujeres.
El cercamiento de los (bienes) comunes ha sido llamado pertinentemente una revolución de los ricos contra los pobres.