El delta del río Tana es uno de los humedales más importantes de África y uno de los sistemas de agua dulce más grandes e importantes de Kenia. Cubre un área de 130.000 hectáreas donde la mezcla de sabana, manglar, bosque y playas permite disponer de buenos pastos durante la estación seca. Los pastores nómadas Orma y Wardei han usado el delta durante siglos.
El sitio web de la campaña por el delta del Tana informa que “también hay allí una gran extensión de arrozales y otras actividades agrícolas que se realizan en los bordes del delta. Allí se cultiva arroz, maíz, mango, mandioca, bananas, porotos, guisantes y muchas otras hortalizas. La mayoría de los agricultores pertenecen al grupo étnico Pokomo. Entre los pescadores están los Bajuni y trabajadores venidos de otras zonas de Kenia. El delta del Tana es vital para unos 30.000 agricultores, pastores y pescadores, así como para comunidades minoritarias de recolectores cazadores, llamados en conjunto los Wasanya”. (1)
Este ecosistema invaluable del cual dependen una gran diversidad biológica y los medios de vida de decenas de miles de personas bien podría verse trastornado por el ansia ciega de obtener ganancias a corto plazo. El auge de los agrocombustibles está detrás del proyecto de plantación industrial de caña de azúcar para producir grandes cantidades de etanol destinado a los mercados del Norte.
La compañía Mumias Sugar Ltd (MSC) y la Dirección de Desarrollo del Río Athi (TARDA) planean formar una sociedad privada y proponen destinar 20.000 hectáreas mayormente intactas del delta del Tana a la plantación de caña de azúcar. El 11 de junio de 2008, la Dirección Nacional del Medio Ambiente de Kenia (NEMA) aprobó dicho proyecto.
Según un informe encargado por la Real Sociedad para la Protección de las Aves, un enfoque corto de miras llevó a sobreestimar las ganancias potenciales sin considerar los beneficios ecológicos que provee el delta, como la prevención de inundaciones, el almacenamiento de gases de efecto invernadero y la producción de alimentos, todo lo cual “desafía cualquier evaluación”. El informe alerta sobre las graves consecuencias ambientales que tendría la prosecución del proyecto. (2)
Los aldeanos y pescadores del río Tana, así como los pastores nómadas que, desde lugares tan lejanos como las fronteras con Somalía y Etiopía, traen a pastar al delta 60.000 cabezas de ganado durante la estación seca, están furiosos porque no se ha tenido en cuenta el problema de la pérdida de sus medios de vida. En consecuencia, han obstaculizado la realización de audiencias públicas sobre el proyecto.
“Desde tiempos inmemoriales, miles de ganaderos de la zona del río Tana han contado con el delta para obtener pasturas y agua para sus animales. Cuando hay fuerte sequía vienen en gran número desde lugares tan lejanos como Garissa e Ijara, en la Provincia Nororiental”, dice el Sr. Hussein Guracho, un anciano Orma. “Cuando Tarda y Mumias Sugar realicen su proyecto azucarero, la sequía acabará con millones de animales pues la región del río Tana es semiárida, y esto impedirá ganarse la vida a más de 100.000 trashumantes”, explicó.
La cólera nace de la indignación: “Para instalar la fábrica Tarda deberá pasar por encima de nuestros cadáveres”, advirtieron los manifestantes. (3)
Ejemplos como el del delta del Tana muestran el lado destructivo de los agrocombustibles, el desplazamiento y la miseria que provocan cuando ocupan grandes extensiones de las que depende la subsistencia de la gente.
(1) “About the Tana River Delta”, http://www.tanariverdelta.org/tana/about.html
(2) “Wildlife and livelihoods at risk in Kenyan wetlands biofuel project”, Xan Rice, The Guardian,
http://www.guardian.co.uk/environment/2008/jun/24/biofuels.wildlife
(3) The East African Standard (Nairobi), http://www.sucre-ethique.org/Kenya-Tana-Residents-Protest.html.