Los experimentos de India con el Manejo Conjunto de Bosques (Joint Forest Management - JFM) nacieron de los intentos de los funcionarios forestales de considerar las exigencias "tribales" de manejar sus propios bosques. [Los pueblos indígenas de India son designados oficialmente como "tribus"]. Bajo el régimen del JFM los bosques siguen siendo propiedad del Estado bajo la jurisdicción de los Departamentos de Bosques pero se contrata a las comunidades para manejar los bosques, y las mismas conservan una parte de las ganancias de la venta de las cosechas. La medida en que se comparten las ganancias con las comunidades varía en forma considerable de un Estado a otro de India, e igualmente varía el nivel de intervención de cada departamento de bosques.
Pero el JFM se destaca por la baja seguridad de tenencia que brinda a los participantes. En la mayoría de los Estados, las Comisiones de Protección de los Bosques establecidas para manejar los bosques en forma conjunta con los Departamentos de Bosques carecen de personería jurídica y no están incluidas en ninguna categoría; sólo existen en relación con los organismos del gobierno. Por esa razón muchos de los participantes en actividades de JFM consideran el proceso simplemente como otra forma usada por los Departamentos de Bosques para organizar la mano de obra local para mejorar las tierras públicas. Sin embargo, algunos integrantes del servicio de bosques han argumentado que la intervención del Estado es esencial para asegurar que los sectores más débiles de la comunidad puedan beneficiarse del modelo de manejo conjunto y no sigan siendo marginados.
A mediados de la década de los 90 se proporcionó asistencia extranjera a gran escala, especialmente a través de préstamos concesionales del Banco Mundial, para ayudar a ampliar el área de manejo conjunto de los bosques. El programa ahora abarca todo el país. Sin embargo, ha comenzado a tener problemas serios. Un grupo de problemas proviene de la falta de voluntad política real de algunos Estados del país de ponerlo en práctica. En los Estados indios donde el programa creció como "originario" de la zona y fue implantado por técnicos forestales destacados, la ampliación del área manejada bajo esta modalidad fue relativamente exitosa. En estos Estados, la existencia de al menos algunos técnicos forestales comprometidos, movimientos sociales activos que presionan por lograr reformas y una red de ONGs consustanciadas con el tema, aseguró la creación de mecanismos adecuados para controlar el progreso y asegurar la rendición de cuentas. Pero en otros Estados que han aceptado el programa principalmente como resultado de un cambio de política nacional y para disponer de fondos del exterior, esos controles y balances han estado ausentes. Los funcionarios del Departamento de Bosques se han resistido a lo que ven como un desgaste de su autoridad. De esta forma, los programas de manejo conjunto de bosques han sido instrumentados a media máquina, con preparación poco adecuada de la comunidad y sin que los funcionarios conservaran demasiada autoridad. En estas circunstancias el ámbito para la aplicación de las instituciones, conocimientos e iniciativas locales no ha sido demasiado grande, y en consecuencia no ha habido un gran entusiasmo por JFM.
Un segundo grupo de problemas surge de la aplicación inflexible del concepto de JFM. El JFM fue concebido originalmente por los técnicos forestales como una forma de alentar la rehabilitación de las tierras de "bosques" degradados. El programa entonces sólo se aplica en áreas donde se han perdido los bosques naturales y las comunidades locales requieren ayuda para restaurar la cubierta boscosa y obtener (o recuperar) un sistema de manejo de bosques más sustentable. Irónicamente, esto significa que las comunidades que no han agotado significativamente sus boques no califican para participar en el programa. Muchos de los grupos tribales de India Central han sido víctimas de esta trampa.
En otras áreas, las tribus se han sentido excluidas del JFM porque las oportunidades de participar fueron monopolizadas por grupos de castas superiores que pudieron utilizar sus mayores posibilidades de acceso a los funcionarios para asegurar su participación en el programa de JFM. Los grupos marginados y técnicamente sin tierra como los pueblos tribales han visto entonces cómo "tierras degradadas" y "eriales" importantes para su sustento fueron anexadas al JFM, dejándolos todavía más empobrecidos.
Sorprendentemente, a pesar de su política sobre los pueblos indígenas, el apoyo del Banco Mundial al JFM no ha ayudado a centrar la atención en las necesidades especiales de los pueblos indígenas. En enero de 2000, el Banco Mundial abruptamente se retiró del Proyecto de Explotación de Bosques de Madhya Pradesh después de que los grupos tribales, frustrados por la forma en que el JFM se estaba imponiendo sobre sus tierras tradicionales sin contemplar sus derechos o intereses, viajaron todo el trayecto hasta Delhi para visitar la oficina del Banco Mundial y expresar sus quejas. Al negársele el acceso al edificio, las tribus acamparon en el complejo hasta que el Banco aceptó una petición del grupo. El personal del Banco Mundial admitió después en forma privada que el proyecto no fue desarrollado de acuerdo con las políticas del banco y que por lo tanto era indefendible. Alarmados por esta experiencia y enfrentados a las quejas canalizadas a través del Panel de Inspección, los miembros del personal del Banco Mundial en India han discutido si deben terminar completamente su participación en el JFM.
Entre las lecciones que brindó la experiencia del JFM están las siguientes:
* las comunidades se pueden beneficiar sólo si además tienen tierras adecuadas para la subsistencia fuera de los bosques;
* para obtener beneficios a largo plazo, es necesario que las comunidades retengan una porción mayor de los beneficios;
* los funcionarios forestales necesitan nueva capacitación y recibir incentivos para devolver a las comunidades la capacidad de decisión;
* el compromiso de los departamentos de bosques debe ser real y no una respuesta simbólica para los organismos de asistencia;
* los acuerdos se deben adaptar a las tradiciones de manejo tradicional local de los bosques y no ser prescritas desde arriba;
* el programa se debe ampliar para incluir bosques en buen estado;
* es necesario aplicar disposiciones especiales que contemplen las necesidades y los derechos de los pueblos indígenas.
Pero en general, la mayoría de los pueblos indígenas de India ven al JFM como un primer paso (inadecuado) hacia la restitución de sus derechos.
Por Marcus Colchester, Forest Peoples Programme, correo electrónico: marcus@fppwrm.gn.apc.org