Mujeres en resistencia
Cuando se destruyen los bosques, las mujeres de las comunidades que dependen de ellos se ven muy afectadas: sus condiciones de vida son particularmente precarias y la provisión de alimentos, medicinas, materiales y agua limpia se vuelve aún más difícil. El conocimiento y la sabiduría tradicional que transmiten de generación en generación también corren peligro. Es por eso que las mujeres a menudo están al frente de la resistencia a la destrucción de los bosques.
La palmícola Socfin ha traído consigo violencia sobre las comunidades. Pero además, las mujeres tienen que hacer frente a otra opresión: los Jefes Supremos, según el derecho consuetudinario, tiene el poder de decisión y la propiedad sobre la tierra.
La opresión patriarcal es inseparable del modelo de plantaciones industriales y es la base de cómo las empresas generan beneficios. Las compañías intimidan a las mujeres, en especial por su rol primordial en la vida de la comunidad.
Van más de tres años de resistencia popular frente al megaproyecto Minas Conga, en la región andina de Cajamarca, Perú. A finales de 2012, las rondas campesinas se organizaron para vigilar las lagunas acampando sobre una de las montañas que las rodeaban. Una de las organizaciones que aglutina y organiza el accionar de las guardianas es la “Central de Rondas Femeninas de Bambamarca”. Así se constituyeron en lo que hoy se conoce como “los guardianes de las lagunas”, un movimiento esperanzador.