El comisionado del Departamento Forestal, Deo Byarugaba, dijo que un estudio reciente de la referida oficina reveló que se habían destruido miles de hectáreas de bosque por actividades de tala indiscriminada y producción de carbón vegetal.
Como consecuencia del índice alarmante de deforestación y las denuncias de que la mayoría de los vehículos que acarreaban la madera eran escoltados por personal del ejército y la policía, el presidente Yoweri Museveni nombró en mayo al capitán James Okello como comandante de una Unidad de Supervisión de Productos Forestales (FPMU, por su sigla en inglés), para actuar con el personal forestal dentro del ámbito del Ministerio de Aguas, Tierras y Ambiente. La pronta acción del FPMU ha descubierto que funcionarios forestales, policía, consejos de distrito, parlamentarios, dirigentes populares y personal de la Organización de la Seguridad Interna participan también en esas actividades ilícitas.
Entre las altas figuras de gobierno cuyos vehículos o funcionarios fueron identificados recientemente en el escándalo de la madera figuran la ministra de energía y desarrollo minero, Syda Bbumba, y la ministra de justicia y asuntos constitucionales, Janat Mukwaya.
Las autoridades militares que han estado recientemente involucradas --ya sea directamente, o indirectamente porque se han utilizado sus vehículos o han participado empleados suyos--, son el comandante de la brigada motorizada UP-DF con sede en Nakasongola, coronel Samuel Kawagga, y el teniente coronel Kagezi, ayudante del comandante de la Fuerza de Reserva teniente general Salim Saleh.
Los funcionarios forestales manifestaron que Mukono es el distrito con el peor récord de destrucción y ya se ha identificado que la mayoría de los troncos guardados en los galpones del lugar habían sido adquiridos ilegalmente. Fuentes confiables dijeron que el FPMU tuvo dificultades para arrestar a traficantes de madera ilegal en Mukono porque algunos adujeron que habían sido autoridades gubernamentales las que los alentaron a seguir con el negocio
Sin embargo, la solución que propone Byarugaba es tan preocupante como el propio problema: "La salida es comercializar árboles de plantaciones. En el ministerio estamos buscando inversionistas para plantar árboles con valor comercial. Asignamos tierra a los inversionistas que estén interesados en cultivar árboles y cosecharlos para la venta", declaró.
Lo que Byarugaba parece ignorar es la experiencia existente acerca de los impactos de las plantaciones de árboles. Los proyectos noruegos de plantaciones para sumideros de carbono --que comenzaron a concretarse en Uganda en 1996-- han implicado el desalojo forzoso de cientos de aldeanos para dejar lugar a las plantaciones de monocultivos de árboles. Uno de esos proyectos implicó cubrir de 80.000 a 100.000 hectáreas de tierra con pinos y eucaliptos (ver Boletín Nº 35 del WRM).
En ese contexto, las declaraciones del delegado ministerial Byarugaba parecen estar preparando el terreno para que haya más inversiones extranjeras en el sector de las plantaciones forestales. Los monocultivos de árboles no solamente no resolverán los problemas existentes sino que generarán nuevos impactos en los bosques, el agua, los suelos, la biodiversidad y la gente. Por lo tanto, es absurdo presentarlos como una solución al problema real de la deforestación. Pero, ¿acaso Byarugaba tiene alguna razón para hacerlo?
Artículo basado en información obtenida de: "Ministers, Army Bosses Named in Timber Scam", Emmy Allio y Felix Osike, New Vision (Kampala), August 25, 2003, http://allafrica.com/stories/200308250672.html