Áreas protegidas
El modelo de conservación de “parques sin gente” tiene sus raíces en los Estados Unidos del siglo XIX. El modelo se expandió por todo el mundo y dio lugar a una industria elitista de la conservación dominada por grandes ONGs conservacionistas. Se ha convertido en otra gran amenaza para la supervivencia física y cultural de las comunidades que dependen del bosque así como para sus conocimientos y prácticas ancestrales de conservación.
Ribereños Batwa, exasperados por la pobreza generada por su desalojo para establecer el Parque Nacional de Kahuzi Biega, decidieron regresar a sus bosques ancestrales. Desde entonces se enfrentan con los "eco guardias", lo que en ocasiones resulta fatal.
Los indígenas Ngäbe-Buglé soportaron criminalización, masacre y brutal represión para defender su territorio. Lograron que el gobierno de Panamá prohibiera la minería y las hidroeléctricas en su comarca. Sin embargo, otra embestida llegó desde las ONGs conservacionistas.
Los graves abusos cometidos en el Parque Nacional de Salonga por guardaparques financiados por el WWF y otros donantes, son tan solo los últimos eventos en ser documentados. Este es un problema más amplio sobre derechos humanos e intervención colonial en los bosques.