Mercantilización de la naturaleza
Ponerle precio a partes de la naturaleza tiene una larga historia. La pérdida de bosques a gran escala y la violación de los derechos de las comunidades han sido la consecuencia de esta centenaria fiebre empresarial por la madera y la tierra. Los llamados “servicios ecosistémicos”, como por ejemplo las funciones que cumplen los bosques en los ecosistemas, son una nueva forma de continuar con la monetarización y comercialización de la naturaleza. El resultado es un mayor despojo de las comunidades que dependen de los bosques y la permanente destrucción de los territorios por parte de las empresas.
Suzano, el mayor productor de celulosa de eucalipto, busca de financiar sus proyectos de expansión con los llamados “bonos verdes”.
Para los hombres más ricos del mundo, la crisis ambiental ya llegó. Desde huir al espacio hasta soluciones de ciencia ficción, los capitalistas buscan desesperadamente la forma de continuar con sus negocios a base de combustibles fósiles.
Empresas contaminadoras hablan sobre alcanzar “cero emisiones netas” mientras planean continuar o incluso aumentar la destrucción y explotación. Las compensaciones están al centro de esta estrategia.
El discurso del desarrollo continúa cobrando fuerza a pesar de su rol decisivo en la crisis actual así como de los millones de medios de vida que ha destruido con desplazamientos y despojo.
Pese a las tácticas corporativas que buscan ocultar el daño y la violencia subyacentes a las plantaciones a gran escala de monocultivos de árboles, cada año, comunidades y movimientos se pronuncian el 21 de septiembre para dar visibilidad a sus luchas y denunciar sus nocivos impactos.
Fondos del sistema de Forestación Compensatoria han sido asignados para medidas de apoyo frente al Covid-19. Este Fondo ha financiado plantaciones que invaden tierras comunitarias y ha provocado desalojos en “Áreas Protegidas”. Nada de esto cesó durante la cuarentena.
La crisis ambiental, climática y social es una realidad desde hace tiempo. Las empresas y sus aliados, sin embargo, en lugar de reconocer su contribución a esta crisis, utilizan la pandemia para intentar expandir las Áreas Protegidas, presentándolas como una “solución”.
El plan de la industria de la conservación para duplicar el tamaño de las Áreas Protegidas es supuestamente la solución a la pérdida de biodiversidad, el cambio climático ¡y ahora incluso el COVID-19! Otra gran mentira de la conservación.
En 2004, ONG conservacionistas y el Ministerio Forestal de Indonesia lideraron un modelo llamado Concesiones para la Restauración de Ecosistemas. Aquí se analiza en el contexto de las viejas y nuevas amenazas a los bosques y de la presión por la “restauración de los bosques”. (Disponible en indonesio).
La petrolera Shell afirma que es posible hacer que el carbono emitido al conducir un auto sea “neutro”; solo hay que "compensar" las emisiones plantando árboles o invirtiendo en zonas de bosque existentes en otros lugares. Pero, ¿qué está pasando en esos "otros lugares"? (Disponible en indonesio).