Semillas de esperanza
“¿Cuáles son las soluciones a la destrucción de los bosques?” “¿Qué alternativas propones?” Preguntas como estas son las que se suelen plantear para anular posibles debates que conduzcan hacia soluciones reales a la deforestación y el caos climático. Sin embargo, los caminos a hacia esas soluciones tendrían que comenzar por poner fin a la embestida contra los pueblos de los bosques y sus formas de vida, y por aprender sobre sus relaciones con sus territorios. Esas comunidades han vivido en y con los bosques y los han protegido por generaciones.
El WRM entrevistó al activista Nasako Besingi. Él organizó comunidades en protesta contra las plantaciones de palma de la empresa Herakles Farm. Ha sufrido ataques, intimidación y criminalización por parte de la empresa y el gobierno. (Disponible en suajili).
El pueblo Nzivi parece ser como tantos otros de la zona. Sin embargo, hay una gran diferencia: Nzivi no permite entrar a inversores para realizar actividades a gran escala. Green Resources es la principal empresa privada de plantaciones activa en Tanzania. (Disponible en suajili).
En los últimos 10 años, mediante la organización y la lucha, familias del noreste argentino lograron recuperar tierra acaparada por la multinacional Arauco. Ahora, cultivan allí alimentos.
Las prácticas de uso, manejo y cuidado del fuego están siendo identificados por las políticas sobre cambio climático como las causas de la destrucción de los bosques. Sin embrago, el fuego es crucial para asegurar la soberanía alimentaria y cultural de los pueblos del bosque.
Hoy predomina una concepción capitalista del fuego; pero es resistida por las concepciones vernáculas que continúan evolucionando.
La prohibición al cultivo en barbecho de los indígenas Delang supone una amenaza a su soberanía alimentaria y entramado cultural. Esta se da a pesar del evidente rol de las empresas palmícolas en los incendios forestales en Indonesia. Pero los Delang han decidido resistir. (Disponible en indonesio).
Los incendios en la Amazonía están apareciendo con más frecuencia y mayor intensidad. Pero, ¿quién está realmente quemando los bosques?
En 1989 hubo una guerra en el valle del Lila, Portugal. Centenas de personas se juntaron para destruir 200 hectáreas de eucaliptos, con miedo de que los árboles les robasen el agua y trajesen el fuego.
En solidaridad con la Jornada Mundial de la Lucha Campesina. Un día para recordar, acentuar y movilizarnos contra la persecución y violencia que las campesinas y campesinos sufren a diario a nivel mundial.
Sistemas de organización comunitaria, enraizados en creencias y concepciones sagradas, orientan las relaciones en Bali, Indonesia, y hacen frente al agronegocio y al mega-turismo.
El programa para compensar la destrucción de bosques provocada por supuestos proyectos de desarrollo ocupa áreas comunitarias con monocultivos. Las mujeres, afectadas y en el centro de la resistencia.
Las voces de las mujeres que dependen de los bosques suelen ser acalladas, ignoradas o silenciadas, lo que facilita el acaparamiento de tierras comunitarias. Pero, ¿qué sucede cuando ellas comienzan a hacerse oír?