Semillas de esperanza
“¿Cuáles son las soluciones a la destrucción de los bosques?” “¿Qué alternativas propones?” Preguntas como estas son las que se suelen plantear para anular posibles debates que conduzcan hacia soluciones reales a la deforestación y el caos climático. Sin embargo, los caminos a hacia esas soluciones tendrían que comenzar por poner fin a la embestida contra los pueblos de los bosques y sus formas de vida, y por aprender sobre sus relaciones con sus territorios. Esas comunidades han vivido en y con los bosques y los han protegido por generaciones.
Los modernos acostumbran llamar a las plantas medicinales como recursos al servicio del hombre. Esta manera de llamar a la cosas no parece ser universal. Los quecha-lamas del piedemonte amazónico consideran a las plantas como personas, aún más, las vivencian como si ellas mismas fueran una comunidad viviente.