Artículos del boletín

Hoy fui a caminar por el Tarkine. Al sentarme tuve la suerte de poder observar un águila (Aquila audax) que volaba en círculos sobre mí. Su nido debe haber estado en los alrededores porque demoró en irse, muy curiosa por mi intrusión. Mientras caminaba hacia ese punto, tan similar a muchos otros lugares del noroeste de Tasmania, tuve el placer de ver a una pareja de "wallabis" (canguros pequeños) y algunos árboles bastante raros, entre los cuales había un magnífico espécimen de olivo nativo.
Se debería escribir más sobre las falsas promesas de la industria maderera. Cuando estas compañías llegan a un país, intentan seducir a los pobladores locales argumentando que sus operaciones traerán trabajo y capacitación para ellos.
En vesperas de la cumbre de Johanesburgo, donde los gobiernos de todo el mundo debatirán propuestas para proteger el medio ambiente, el Banco Mundial ha hecho público el largamente esperado borrador de su política sobre bosques.
La siguiente declaración fue realizada por las ONGs africanas (ver a continuación) presentes en el Encuentro de Planificación Ministerial de Aplicación de la Ley Forestal y el Buen Gobierno realizada en Brazzaville, República del Congo, del 18 al 21 de junio de 2002.
Los bosques tropicales del parque nacional de Dzanga Sangha en la República Centroafricana están habitados por el pueblo indígena Ba'Aka, que cuenta con cerca de 20.000 miembros. Al igual que otros muchos pueblos llamados "Pigmeos" de países vecinos, los Ba'Aka han sido cazadores recolectores y han vivido en el corazón del bosque, donde desarrollaron todo un sistema de conocimientos sobre los recursos forestales locales.
La República Democrática de Congo (RDC) posee más del 50% de los bosques tropicales que quedan en África. De sus 2,3 millones de kilómetros cuadrados, casi la mitad son bosques. Solamente Brasil e Indonesia tienen mayor superficie de bosques tropicales. Si bien la explotación de recursos no cesó durante la guerra, muchas empresas madereras extranjeras detuvieron sus actividades. La compañía malaya Innovest, por ejemplo, ha vendido activos en la RDC debido a las pérdidas financieras.
En julio de 2001, grupos de la sociedad civil de Uganda presentaron una demanda al Panel de Inspección del Banco Mundial, denunciando que el proyecto de la represa de Bujagali violó varias de las políticas del Banco Mundial y que produciría perjuicios sociales, económicos y ambientales a los pobladores locales. Como resultado, el Panel tomó el caso y el 30 de mayo presentó un informe confidencial al Directorio Ejecutivo; en el mismo se concluye que la represa de Bujagali planificada (detallada en el Boletín Nro 42 del WRM) viola cinco políticas claves del Banco Mundial.
Las plantaciones de caucho y de palma aceitera, aun cuando no están relacionadas con la industria de la celulosa y el papel, afectan a las comunidades locales de manera similar a las plantaciones de árboles de rápido crecimiento. Las plantaciones de caucho y de palma aceitera también utilizan grandes superficies de tierra, a menudo tierra que es crucial para el sustento de los pueblos del lugar.
El mundo tiene algo que celebrar: hay buenas noticias para los Jarawa. Este pueblo que se ha mantenido largamente sin contacto con el resto del mundo habita en las islas Andaman en el océano índico. Ha elegido voluntariamente continuar casi completamente aislado, en tanto sus tierras han sido invadidas por colonos británicos e indios durante los últimos 150 años.
La pérdida de acceso a los recursos forestales no sólo se produce con la deforestación de los bosques, sino también cuando las plantaciones comerciales de árboles reemplazan a los bosques. Es bien conocido que las plantaciones de árboles de especies introducidas plantadas con fines comerciales para los mercados locales e internacionales, carecen de los productos del bosque no relacionados con la madera, especialmente los recursos utilizados para vivienda, elementos del hogar, alimentos, combustible, artesanías y medicinas.
Las plantaciones de árboles representan un problema cada vez mayor en todo el mundo, y esto resulta especialmente claro para los pobladores que viven en los alrededores de la plantaciones. Por ejemplo, el Jefe del subdistrito de Xiang Khai del distrito de Xaibouli, en Laos, afirmó: "Las plantaciones de eucaliptos están causando la degradación de los recursos del agua, el suelo y los bosques. No quiero que nadie más plante árboles de eucaliptos en mi subdistrito."
La certificación otorgada por el Consejo de Manejo Forestal (FSC, por su sigla en inglés), o lo que se ha dado en llamar el "sello verde", constituye un aval de que la madera de la empresa así calificada ha sido obtenida a partir de prácticas que contemplan un manejo sustentable del bosque.