Artículos del boletín

Diez años después de la Cumbre de la Tierra, la deforestación sigue avanzando en la mayor parte de los países del mundo y en particular en las regiones tropicales. En nuestros sucesivos boletines hemos registrado abundantemente casos y procesos de destrucción, detrás de los cuales es posible percibir, de una u otra forma, la mano del Norte.
Recordemos que en la Cumbre de la Tierra de 1992 (o Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo) se dieron dos instancias: la oficial y paralelamente la de las organizaciones no gubernamentales y pueblos indígenas.
El boletín del WRM cumple cinco años en este número y queremos felicitarles a ustedes y felicitarnos a nosotr@s por ello. Esta doble felicitación no es un mero formalismo. En efecto, para nosotr@s el boletín es fundamentalmente el resultado de una continua y fructífera interacción entre personas y organizaciones que a lo largo y ancho del mundo trabajamos, desde la razón y el sentimiento, por la defensa de los bosques tropicales y de quienes los habitan.
La nube de polen que suele instalarse en primavera sobre Japón se está disipando, y los japoneses comienzan a sentirse más aliviados de la alergia respiratoria que deja a uno de cada 6 habitantes del archipiélago con los ojos rojos y la nariz congestionada. El efecto es peor en las ciudades, por la combinación del polen con las emanaciones de los automóviles. En 10 años, en Tokio la proporción de la población afectada por esta causa aumentó de 7% a 20%.
La aldea de Zaïpobly está situada en el sudoeste de Costa de Marfil, en la periferia oeste del Parque Nacional de Taï. Este parque abarca una superficie de 454.000 hectáreas y es el mayor vestigio del bosque tropical húmedo original de África del Oeste. Ha sido clasificado Reserva de Biosfera en 1978 por UNESCO y sitio de patrimonio natural mundial en 1982 a causa de su riqueza específica extraordinaria y de las numerosas especies endémicas que lo habitan.
Gambia estaba cubierta de bosques muy densos. Sin embargo, el país ha sufrido un proceso agudo de deforestación y degradación de sus bosques. En 1981, se clasificaron como bosques unas 430.000 hectáreas, el 45% de la superficie total de tierras del país. Siete años después, la superficie de bosques se había reducido a unas 340.000 hectáreas.
A pesar de ser un país con una tasa de deforestación anual de 1,71%, que en 17 años (1955-1972) perdió un tercio de sus bosques y además 5,6 millones de hectáreas desde 1977 a 1997, Ghana también conserva antiguas tradiciones para lograr un modelo coherente de conservación de bosques.
Se informa que la deforestación es el principal problema ambiental al que se enfrenta Zambia. Un estudio de caso realizado por el Instituto Forestal Europeo en el año 2000 arroja los siguientes datos: la tasa anual de deforestación oscila entre 250.000 y 900.000 hectáreas que representan entre 0,5 y 2,0 % del área de bosques del país.
La ONG Down to Earth finalizó recientemente un informe especial titulado "Forests, people and rights" (Bosques, pueblos y derechos), que brinda información analítica sumamente detallada sobre la situación de los bosques en Indonesia. Los párrafos siguientes fueron extraídos del capítulo "Community forest management: the way forward" (Manejo comunitario de bosques: el camino a seguir) y recomendamos a l@s lector@s que entiendan inglés la lectura del documento completo (ver detalles al final).
Los bosques de montaña de la región norte de Tailandia se han convertido en escenario de posiciones en materia de protección forestal que son fuertemente cuestionadas. En nombre de la conservación del bosque, las autoridades forestales estatales y algunos grupos de conservación de la naturaleza intentan desplazar a las comunidades locales, en especial el pueblo tribal que habita y utiliza esas zonas de bosque.
Construida a un costo de mil millones de dólares sobre el río Se San en Vietnam, la represa de las cataratas del Yali ha causado impactos devastadores en las comunidades río abajo de Camboya (ver Boletín 42 del WRM). Al menos 32 personas han muerto ahogadas en súbitas inundaciones originadas en la liberación repentina de agua de la represa. Por esta causa los pobladores locales han perdido su ganado, cosechas y equipos de pesca. La mala calidad del agua del río ha producido erupciones de piel y problemas digestivos a las comunidades que viven río abajo.
El nuevo Presidente de Costa Rica, Abel Pacheco, parece tener buenas intenciones en materia ambiental, pero al mismo tiempo muestra algún vacío de conocimiento en materia de las especies de árboles nativos de su país.