Artículos del boletín

En octubre pasado Ricardo Carrere visitó los estados de Espírito Santo y Bahía, invitado por CIMI (Conselho Indigenista Missionario). Durante su viaje participó en un seminario que tuvo lugar en Vitoria acerca de los impactos de las plantaciones de eucalipto y el FSC. Luego asistió a un encuentro en Monte Pascoal con los líderes del pueblo indígena Pataxó (ver artículo en este número), a quienes ofreció el apoyo incondicional del WRM en su lucha.
Todo el mundo está de acuerdo en que la humanidad se ve hoy en día enfrentada a varias amenazas, entre ellas el efecto invernadero. También existe acuerdo respecto de las principales causas que lo provocan, vale decir, el uso de combustibles fósiles y la deforestación. Los acuerdos internacionales adoptados para enfrentar estas dos causas han sido hasta ahora por lo menos inadecuados. El consumo de combustibles fósiles sigue creciendo al tiempo que la tasa de deforestación no ha disminuido.
Han pasado cuatro años desde el juicio que condenó a muerte a Ken Saro Wiwa junto a otros ocho activjÿtas por los derechos humanos a manos de la dictadura militar nigeriana el 10 de noviembre de 1995. El episodio generó la condena y la indignación a nivel mundial. Sin embargo -y a pesar de los cambios a nivel político acaecidos en ese país- la destrucción del ambiente y las violaciones a los derechos humanos asociados a la prospección y extracción de petróleo en la región del Delta del Niger continúan.
La industria turística ha hecho y sigue haciendo mucho más por el Manejo Ambiental Responsable que la industria "forestal". Tal vez por una sola razón: aquella está basada en la biodiversidad. Los árboles exóticos destruyen la vegetación nativa que reemplazan. Una vez que la base de la cadena alimenticia ha desaparecido, la fauna y flora locales no pueden adaptarse a vivir en medio de una plantación. Cuando se calcula el beneficio económico de la plantación de árboles, ¿se tiene en cuenta el costo ocasionado por la destrucción del entorno natural?
Los 33,5 millones de hectáreas de selva de Tanzania están cada vez más amenazados, mayormente debido al madereo ilegal, que está destruyendo alrededor de 500.000 hectáreas de bosques primario al año.
En la visión oficial, la India presenta condiciones climáticas y sociales favorables para la instalación de plantaciones forestales. Funcionarios forestales de ese país han manifestado que más de 60 millones de hectáreas de "humedales sin bosque y arbustales" pueden ser consideradas disponibles para realizar en ellas operaciones de plantación de árboles. El Ministerio del Ambiente y Bosques está promoviendo el uso de plantas clonadas de eucalipto de rápido crecimiento resistentes a enfermedades. El menú incluye también clones de acacia, álamos, gmelina y teca.
Más de 150 ONGs indonesias e internacionales -entre ellas el WRM- han suscrito una carta dirigida a las autoridades de ese país en la que se denuncia la situación de dos parques nacionales y se proponen soluciones para la misma. La iniciativa fue lanzada por Telapak Indonesia y Environmental Investigation Agency. El texto de la carta es el siguiente:
Hace dos semanas 19 personas, entre ellas un chico de 17 años, todas ellas Iban pertenecientes a dos "long houses" (*) de la zona de Niah, fueron acusadas en primera instancia de asesinato según la Sección 302 del Código Penal. En caso de ser confirmada la acusación, este delito es castigado con la pena de muerte.
Los megaproyectos de represas se ven enfrentados en todo el mundo a la fuerte oposición de las comunidades locales, dado que significan la pérdida de sus tierras y bosques, y determinan su desplazamiento forzoso. En Tailandia se han organizado masivas manifestaciones para detener este tipo de proyectos emprendidos en nombre del "progreso" (ver Boletín 22 del WRM).
El pueblo indígena Ibaloi, que habita el área que será afectada por el proyecto de la represa San Roque en Filipinas, ha iniciado -con apoyo de Amigos de la Tierra-Japón, International Rivers Network y Cordillera People's Alliance- una campaña para frenar este destructivo proyecto. Se prevé que las obras habrán de destruir la comunidad y los recursos vitales de este pueblo, además de afectar negativamente la vida de más de 20.000 personas.
El archipiélago de Las Filipinas estuvo otrora cubierto por una densa selva tropical. Hoy en día sobrevive tan sólo un 3% de la cobertura boscosa original, la mayor parte de la cual se encuentra además degradada. Menos del 1% del bosque original sobrevive en estado prístino. Los bosques primarios, esparcidos por el territorio en diminutos parches, siguen en pie todavía en remotas regiones montañosas de las islas de Palawan, Mindoro y Mindanao y en la cadena montañosa del noreste de Luzón, denominada Sierra Madre.
Se llevó a cabo un foro en la región norteña de Costa Rica el 16-17 de setiembre para analizar y reflexionar en cuanto a las experiencias desarrolladas con bosques secundarios y plantaciones forestales en esa región. Participaron en el evento funcionarios gubernamentales, profesionales forestales, organizaciones de campesinos, compañías forestales y organizaciones ambientalistas. La región norteña, afectada por un severo proceso de deforestación es al mismo tiempo el área con mayor extensión de monocultivos forestales (gmelina, teca, laurel y terminalia) en el país.