Artículos del boletín

En la COP4 de la Convención de Cambio Climático celebrada en Buenos Aires, Brasil, junto con China e India, lideró la posición de los países llamados en vías de desarrollo, reclamando el reconocimiento de las responsabilidades históricas por parte de los diferentes países en relación con el cambio climático. La delegación brasileña también subrayó la necesidad de proteger la selva amazónica. Sin embargo su política forestal a la interna no parece ir en dicha dirección.
En el Boletín nro. 14 del WRM (Agosto de 1998) informábamos sobre el bloqueo de la carretera Venezuela-Brasil por parte de un grupo de indígenas de las regiones de Imataca y la Gran Sabana, con el fin de frenar el tendido de una línea eléctrica de alto voltaje (Macagua II-Santa Elena de Uairén), que
Mientras los delegados gubernamentales intercambiaban amables discursos en la IV Conferencia de las Partes de la Convención de Cambio Climático en Buenos Aires –todos ellos referidos a la necesidad de conservar los bosques del mundo como forma de mitigar los impactos del cambio climático- un grupo de indígenas del Ecuador, en una situación por cierto menos confortable, estaba haciendo algo mucho más concreto con ese propósito.
La apertura de Guyana a las compañías extranjeras iniciada a mediados de la década de 1980 ha dado lugar a un proceso de destrucción de sus bosques tropicales (hasta entonces un raro caso de ecosistemas virtualmente intocados), ignorando por completo a los pueblos amerindios que han habitado esas selvas durante siglos, utilizando sus recursos en forma sustentable. Este proceso continúa, en desmedro de los intereses de los bosques de Guyana y de los pueblos indígenas, quienes están llevando adelante acciones para revertir dicha situación.
Las altas tasas de deforestación colaboraron a aumentar los efectos de las súbitas inundaciones y los aluviones de fango que causaron gran número de víctimas a causa del huracán Mitch, el más terrible desastre que se ha abatido sobre América Central. En Nicaragua y Honduras murieron más de diez mil personas, en tanto muchas otras miles están desaparecidas. De acuerdo con declaraciones del Padre Miguel d’Escoto, miembro del Directorio Nacional del FSLN, “es éste el peor desastre natural en nuestra (la de Nicaragua) historia, aún peor que el terremoto (de 1972)”.
Gloria Sofia Zapata, Hernando Duque y Eder Alexander Valencia fueron asesinados los días 14 y 20 de octubre, y 9 de noviembre respectivamente. Los mismos pertenecían a la ONG ambientalista "Hojas de Hierba", en la municipalidad de Belén de Umbría, Provincia Risaralda. Héctor Iván Escobar John Jairo López, pertenecientes a la misma organización, debieron abandonar el país.
Mediante una carta fechada el 22 de octubre, un grupo de ONGs ambientalistas se dirigieron al Sr Henri Djombo, Ministro de Recursos Forestales de la República del Congo, para expresarle su desaprobación por la actuación de éste en relación con el Proceso de Brazzaville, considerando que la misma apuntaba a debilitar dicho proceso.
ONGs finlandesas e indonesias han denunciado en reiteradas ocasiones que APRIL (Asia Pacific Resources International Holdings Ltd.), compañía con sede central en Singapur y socia de UPM-Kymmene, viola los derechos humanos y provoca severos problemas ambientales en Indonesia. La empresa ha convertido bosques tropicales en monocultivos forestales, que alimentan sus fábricas de pulpa. Las ONGs reclaman que dicho proyecto sea abandonado (ver Boletines del WRM nros. 6 y 8).
Un policía fue internado de urgencia en el hospital de Medan con graves lesiones en la cabeza tras ser golpeado durante un enfrentamiento acaecido el lunes 23 de noviembre pasado entre fuerzas de seguridad y la población local de Porsea, al norte de Tapanuli, en Sumatra del Norte. Otro policía sufrió heridas en la espalda y la pierna. Un vehículo patrullero de la policía y el automóvil de un representante del gobierno fueron destruídos por la multitud, en tanto otros tres vehículos, junto a 23 viviendas y negocios fueron destrozados y quemados.
En junio de 1998 publicamos un boletín especial del WRM dedicado a la problemática ambiental y social de los pueblos de las tierras altas del norte de Tailandia, en el que se incluyó una respuesta crítica hacia un artículo que había sido publicado previamente al respecto (ver Boletín nro. 11).
APRIL (Asia Pacific Resources International Holding Ltd.) –socio de la compañía finlandesa UPM-Kymmene- es conocida por sus permanentes violaciones a los derechos humanos y sus prácticas depredatorias hacia el ambiente en Indonesia. Ultimamente APRIL ha provocado conflictos a nivel local entre campesinos y trabajadores en ese país (ver Boletin 17 del WRM, noviembre de 1998).
Ricardo Carrere participó del Taller Africano de la Iniciativa Conjunta para Abordar las Causas Subyacentes de la Deforestación y de la Degradación de los Bosques, realizada en Accra, Ghana, entre el 26 y el 30 de octubre pasado. Los estudios de caso presentados en el taller están disponibles en nuestra página web. En la misma pueden además consultarse algunos de los estudios de caso presentados en el marco de otros procesos regionales, tales como los de América Latina, Norte América, ex-URSS y Europa Occidental.