Artículos del boletín

Los planes de la firma United Fiber System para construir un imperio de la celulosa en Kalimantan recibieron un duro golpe en enero de 2006, cuando el Deutsche Bank confirmó que abandonaba su rol como asesor financiero de la empresa. Cinco años antes la UFS había anunciado que había contratado a la filial de Singapur de dicho banco como asesor financiero para la adquisición de la fábrica de celulosa de Kiani Yertas, en Kalimantan oriental.
Phrue ha estado caminando durante 49 días. Junto con noventa y ocho personas más, el 7 de noviembre comenzó una marcha épica desde Chiang Mai hasta Bangkok para salvar el componente popular del proyecto de ley de Tailandia sobre bosques comunitarios (Community Forest Bill, CFB).
El monocultivo es la principal herramienta que tiene el gran capital transnacional para apropiarse y tomar control del recurso tierra y la mano de obra barata de los países del Sur, causando enormes impactos sobre la diversidad biológica y cultural. La homogenización y dramática simplificación del agroecosistema le permite maximizar la explotación del suelo y de la mano de obra mediante tareas mecanizadas y de fácil control y supervisión.
La lucha de los indígenas Tupinikim y Guaraní enfrenta hoy una situación extremadamente difícil. Comenzada en febrero de 2005, cuando decidieron retomar sus tierras ocupadas por las plantaciones de eucalipto de la empresa celulósica Aracruz Celulosa, permitió que más de 100 familias volvieran a asentarse en el medio rural del que habían sido expulsadas y abrieran la puerta a la esperanza de un futuro sustentable y digno (ver boletines Nº 94, 96 y 101 del WRM).
Veracel Celulose fue multada por el Ibama – Instituto Brasilero del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables– a fines del mes de diciembre. Utilizando imágenes de satélite y geoprocesamiento verificó irregularidades de la empresa de celulosa y la multó con R$ 320.000 por impedir o dificultar la regeneración natural de bosques de la denominada “Mata Atlántica” en 1.200 hectáreas, agravando aún más la situación de este bioma. Este hecho desenmascara una vez más la farsa de Veracel y su discurso de protectora de la “Mata Atlántica”.
Tal vez ningún proyecto de ley en Colombia, sobre un asunto ambiental, ha logrado despertar tantas opiniones diversas y tal revuelo como lo fue la discusión en el Congreso Colombiano de La Ley General Forestal, que fue aprobada por esta institución en el mes de diciembre. Fue tal la fuerza de los argumentos y tal la respuesta del ambientalismo colombiano, del movimiento social e incluso de parte de los medios de comunicación, que por primera vez el presidente Álvaro Uribe Vélez devuelve una ley al Congreso de la República.
La tradicional siesta veraniega del enero uruguayo se ha visto interrumpida no sólo por las constantes lluvias sino también porque el avance de las empresas celulósicas no tiene tregua. Continúa su campaña propagandística, a base de falsedades, que luego son repetidas como verdades. Promesas y espejismos a una población con un gran índice de desempleo, que necesita desesperadamente soluciones.
“La ciudad brasilera de Vitória debe su nombre a la “victoria” de los colonizadores portugueses contra los originales habitantes indígenas de dichas tierras. Hoy en día, el mismo nombre tiene un significado totalmente diferente. Los pueblos indígenas Tupinikim y Guaraní han retomado las tierras que les fueron robadas por Aracruz Celulose, la gigantesca empresa productora de celulosa. Otras comunidades locales y organizaciones de la sociedad civil se han unido a ellos en la lucha contra esta empresa y sus fábricas, y han logrado debilitar su poder.
Los impactos negativos de las plantaciones de árboles sobre los bosques y sus habitantes fueron señalados por el WRM desde su creación en 1986. La “Declaración de Penang” de 1989, que enunció la visión compartida por los miembros del WRM, identificaba las plantaciones como “parte de las políticas y prácticas que, en nombre del desarrollo, conducen a la deforestación en todo el mundo”.
Desde su origen en 1986, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM) se ha interesado en la forma en que los bosques, la tierra y la vida de las poblaciones rurales son afectados por la producción industrial de un amplio conjunto de mercancías: soja, pulpa para papel, petróleo, madera, aceite de palma, maíz, bananas, café y muchas más.
La Iniciativa de Mumbai-PortoAlegre sobre los Bosques pretende servir de plataforma para unir fuerzas y construir la solidaridad entre los actores que trabajan en un amplio espectro de temas relacionados con la justicia social y ambiental y los bosques. La globalización económica afecta cada vez más a las comunidades locales, por lo que la necesidad de crear un movimiento mundial para garantizar los derechos de los pueblos y la conservación de los bosques se convirtió en un imperativo que un grupo de participantes del Foro Social Mundial decidió poner en marcha.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) informa que en 16 países del mundo se están llevando a cabo ensayos a campo de árboles transgénicos. La mayoría de estos ensayos se sitúan en Estados Unidos y los restantes están en Francia, Alemania, Gran Bretaña, España, Portugal, Finlandia, Suecia, Canadá, Australia, India, Sudáfrica, Indonesia, Chile y Brasil. Que se sepa, China es el único país que ha establecido plantaciones comerciales de árboles transgénicos, con bastante más de un millón de árboles plantados en diez provincias.