Artículos del boletín

En contraste con el tratamiento “de minería” que las empresas dan a los bosques, que invariablemente implica la destrucción de éstos, se destacan los diversos usos transmitidos de generación en generación en las comunidades indígenas y locales, que han acumulado un conocimiento (más allá de la ciencia) vasto y profundo del bosque que les ha permitido beneficiarse del mismo en forma sustentable.
El madereo industrial es una de las principales causas directas de la pérdida de biodiversidad de los bosques. Varios gobiernos y organizaciones se han centrado en el madereo industrial pero no tanto en el madereo legal destructivo (véase el boletín Nº 98 del WRM). A este respecto, el reciente informe “Legal Forest Destruction. The Wide Gap Between Legality and Sustainability” (“La destrucción legal de los bosques.
La Reserva Ecológica Manglares-Cayapas-Mataje, en la provincia de Esmeraldas, tiene una superficie de 51.300 hectáreas, y dentro de ella se encuentra el manglar llamado Majagual, con 2.8367 hectáreas. El manglar es hábitat de especies de crustáceos como la concha, el ostión, el cangrejo azul y el camarón, y de especies arbóreas como el mangle rojo o verdadero, el negro, el blanco y el jelí.
Con un costo de 1.600 millones de dólares, el megaproyecto Camisea para la extracción de gas natural en la zona ubicada en las márgenes del río Camisea, una de las más ricas en biodiversidad en el mundo, cuenta con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como principal financiador público. Pero nada bueno ha traído a las comunidades locales.
A principios de este año ocurrió algo extraño: Papúa Occidental ocupó los titulares de la prensa. La noticia fue el descubrimiento de una nueva especie de pájaro que se alimenta de miel, un ave del paraíso “perdida”, un canguro que habita en los árboles --prácticamente en extinción--, 20 especies nuevas de ranas, cuatro especies nuevas de mariposas y cinco especies nuevas de palmeras. Las especies fueron encontradas durante una expedición a las Montañas Foja, organizada por Conservation International y el Instituto Indonesio de Ciencias.
La destrucción de los bosques en muchos casos ha creado situaciones de tal gravedad, que empresarios y funcionarios, acorralados por las denuncias, por las presiones sociales, o por la presión de sectores empresariales cuyos intereses se ven amenazados por el desprestigio de sus actividades, están desarrollando su propio discurso de solución ambiental.
Hace muchos años que la gente viene oyendo hablar del cambio climático y los terribles impactos que conllevará. A pesar de las advertencias sobre la catástrofe en ciernes, un grupo de científicos al servicio de los intereses corporativos ha intentado sembrar dudas en cuanto a las pruebas científicas. Al mismo tiempo, otro grupo de académicos y tecnócratas ha estado inventando mecanismos absurdos para “compensar” las emisiones de carbono de modo de permitir que el uso de combustibles fósiles continúe.
El 6 de diciembre Pascual Pichún Collonao, de 23 años, miembro del la comunidad Antonio Ñirripil - del sector Temulemu en la sureña comuna chilena de Traiguén - formalizó la petición de refugio político en Argentina. El joven permanecía clandestino desde noviembre del 2003, cuando con su hermano Rafael decidieron no presentarse a la justicia ante la negación del derecho a la libertad vigilada por no poder pagar una multa impuesta por el tribunal. Los hermanos debían cumplir 5 años de prisión por el incendio de un camión de Forestal Mininco ocurrido en marzo de 2002.
Un nuevo informe de Amigos de la Tierra Internacional, Campagna Per La Riforma Della Banca Mondiale, CEE Bankwatch Network y World Economy, Ecology & Development publicado en enero de 2006 señala el papel del Banco Europeo de Inversiones (BEI) como financiador de los llamados proyectos de “desarrollo” en el Sur. La pregunta que se plantea es: ¿desarrollo para quién? La investigación, que lleva por título “The European Investment Bank In The South. In Whose Interest?” (“El BEI en el Sur: ¿En interés de quién?”) aporta elementos en torno a esta pregunta.
El 15 de febrero de 2006 se celebró en Kinshasa un Foro Nacional sobre Bosques donde instituciones financieras globales, autoridades gubernamentales, especialistas en medio ambiente, activistas por los derechos humanos y residentes locales discutieron diversas formas de proteger los bosques tropicales de la República Democrática del Congo (ex Zaire), los más grandes del mundo después de la selva del Amazonas.
Continúan las desgarradoras historias de gente que se muere de hambre en Kenia, que ponen de relieve el problema de la sequía y sus causas. Kenia, la nación más rica del este africano y destino privilegiado de los turistas que visitan en masa sus reservas y parques en busca de safaris para sus vacaciones, está pasando por una grave crisis de escasez de lluvias, lo que afecta sus cultivos. La cantidad de personas que se enfrentan a la muerte por inanición sigue ascendiendo y pasó de 2,5 millones en diciembre a 4 millones hoy, según el Ministerio keniata de operaciones de emergencia.
Aunque kilómetros y kilómetros de monocultivos de pinos pueden resultar agradables a la vista de aquellos con una forma de mirar las cosas más propia del hemisferio norte, pueden ser también muy negativos para el ambiente. Los activistas ecologistas llaman “la muerte verde” a las plantaciones de árboles exóticos y señalan que estos árboles desplazan las especies nativas, muy pocas de las cuales pueden vivir en las plantaciones.