Artículos del boletín

La palma aceitera es nativa de la planicie costera de Nigeria, habiendo migrando después hacia el interior como cultivo básico. En el caso de Nigeria, el cultivo de aceite de palma es parte de la forma de vida (y por cierto de la cultura) de millones de personas. Pero durante las últimas décadas el país se ha convertido en un importador neto de aceite de palma. Mientras que a principios de los años sesenta la producción de aceite de palma de Nigeria constituía el 43% de la producción mundial, actualmente sólo es el 7% de la producción total global.
El 13 de junio de este año, Amnistía Internacional emitió un informe titulado “Myanmar. Minorías étnicas: blanco de la represión.” El informe afirma que durante los últimos 13 años, esa organización ha documentado “el uso generalizado del trabajo forzado de minorías étnicas por parte del ejército de Myanmar” y añade que “quizás la violación más común de los derechos humanos de las minorías étnicas es el trabajo forzado de civiles, que tienen muchas más posibilidades de ser capturados por el ejército que el grupo mayoritario birmano."
Desde 1997, la Mong Reththy Investment Cambodia Oil Palm Company ha plantado 3.800 hectáreas de árboles de palma aceitera. La compañía, con el apoyo de las autoridades de Phnom Penh, trasladó a 99 familias desde un asentamiento informal en Phnom Penh para trabajar en la plantación cercana a la Ruta 4, 150 kilómetros al sur de Phnom Penh.
La provincia de Jambi, en Sumatra, es una de varias zonas donde el recientemente investido gobierno regional está impulsando una importante expansión de las plantaciones de palma aceitera. El gobernador provincial anunció planes para desarrollar un millón de hectáreas de palma aceitera en la provincia hasta el año 2005. El año pasado, las autoridades provinciales amenazaron con cancelar las licencias de 49 compañías plantadoras a las que se había asignado más de 700.000 hectáreas en Jambi y todavía no las han plantado con palma aceitera.
Malasia es el mayor productor y exportador de aceite de palma del mundo. Sin embargo, el desarrollo de ese sector no sólo no está beneficiando a las poblaciones locales, sino que las está perjudicando gravemente, en particular en el estado de Sarawak. Este cultivo, que genera enormes ganancias para algunas grandes empresas vinculadas al gobierno y a las élites locales, resulta sin embargo en graves impactos sociales y ambientales que afectan a la mayoría de la población, provocando conflictos sociales que casi siempre resultan en violaciones de los derechos humanos.
La palma africana fue introducida a Colombia en 1932 pero el desarrollo comercial del cultivo se inició a finales de los años cincuenta. A mediados de la década del sesenta ya existían 18.000 hectáreas en producción en los departamentos del César, Magdalena, Santander y Norte de Santander. Los cultivos se expandieron a otros departamentos y según datos publicados en 1995 por Fedepalma, en ese año ya sumaban alrededor de 130.000 hectáreas, siendo el principal cultivo de oleaginosas del país, fundamentalmente en las zonas norte, central y oriental.
En el Ecuador, frente a un nuevo relanzamiento de la actividad palmicultora, se han dado diversas reacciones. Por ejemplo, un extenso reportaje de un periódico de amplia difusión planteaba la interrogante de que si el nuevo auge de plantaciones de palma africana en la provincia de Esmeraldas acercaría la realidad de esta pobre región del Ecuador al paraíso (El Universo, 11/3/2000), mientras otros titulares planteaban que los palmicultores están acabando con los bosques nativos, señalando las miles de hectáreas destruidas en San Lorenzo (La Hora, 18/5/2001).
Chiapas significa mucho para mucha gente de todo el mundo. Es sinónimo de Zapatistas y de sub comandante Marcos y estos a su vez de lucha contra la injusticia y por la liberación. Sin embargo, para el empresariado nacional y transnacional Chiapas continúa siendo simplemente sinónimo de tierra barata, mano de obra barata, recursos abundantes y oportunidades de ganancias.
La historia de la palma aceitera en América Central está íntimamente ligada a la historia misma del grupo económico de la empresa United Fruit. Preston y Keith, dos empresarios norteamericanos que a partir de 1870 y durante 20 años se dedicaron a la plantación y exportación de bananas hacia los Estados Unidos, en 1899 se fusionaran en la United Fruit Company (UFCO) en busca de diversificar sus plantaciones y aumentar sus ganancias.
En Papúa Nueva Guinea (PNG) se encuentra uno de los bosques tropicales más grandes que quedan en el planeta. Al menos el setenta y cinco por ciento de su cobertura boscosa original sigue en pie, ocupando vastas regiones de gran riqueza biológica con un área total de 100.000 millas cuadradas. Sus bosques son el hábitat de más de 200 especies de mamíferos, 20.000 especies de plantas, 1.500 especies de árboles y 750 especies de pájaros, la mitad de las cuales son endémicas de la isla. Se ha estimado que entre el 5 y el 7% de las especies conocidas del mundo vive en PNG.
Algunas empresas están intentando adaptarse a una opinión pública con mayor conciencia ambiental. Otras todavía no están dispuestas a reconocer que no pueden continuar destruyendo el medio ambiente impunemente. Éstas no son necesariamente las más peligrosas, pero por cierto pueden ser las más virulentas. La situación que enfrenta actualmente una de las organizaciones fundadoras del WRM, la Rainforest Action Network (RAN), constituye un ejemplo de esa virulencia.
El Foro de las Naciones Unidas sobre Bosques celebrará su primera reunión en junio en Nueva York. El mandato de este organismo es asegurar el seguimiento del proceso iniciado por el Panel Intergubernamental sobre Bosques (IPF) en 1995, continuado por el Foro Intergubernamental sobre Bosques (IFF) desde 1997 hasta 2000.