Algunas empresas están intentando adaptarse a una opinión pública con mayor conciencia ambiental. Otras todavía no están dispuestas a reconocer que no pueden continuar destruyendo el medio ambiente impunemente. Éstas no son necesariamente las más peligrosas, pero por cierto pueden ser las más virulentas. La situación que enfrenta actualmente una de las organizaciones fundadoras del WRM, la Rainforest Action Network (RAN), constituye un ejemplo de esa virulencia.
Artículos del boletín
El Foro de las Naciones Unidas sobre Bosques celebrará su primera reunión en junio en Nueva York. El mandato de este organismo es asegurar el seguimiento del proceso iniciado por el Panel Intergubernamental sobre Bosques (IPF) en 1995, continuado por el Foro Intergubernamental sobre Bosques (IFF) desde 1997 hasta 2000.
Una misión de la ONU presentó recientemente un informe sobre la explotación generalizada de los recursos mineros y forestales en el Congo (ex-Zaire) por fuerzas de Ruanda y Uganda, en colaboración con grupos de oposición congoleses en la región oriental del país.
Además de sus conocidas operaciones petroleras, la compañía Shell también está involucrada en una actividad menos difundida: la plantación de árboles. La compañía ha plantado, por si sola o en asociación con empresas o estados, casi 150.000 hectáreas principalmente de árboles de eucalipto y pino en Argentina (10.000), Chile (36.000), República del Congo (42.000), Nueva Zelanda (23.000), Paraguay (8.000) y Uruguay (28.000).
Para su tamaño, Guinea Ecuatorial posee una destacada biodiversidad tanto en Mbini, su zona continental, como en sus dos islas principales, Pigalu y Bioko. Guinea Ecuatorial continental está cubierta por densos bosques tropicales explotados por la industria maderera. Contienen más de 140 especies de madera, de las cuales las más importantes comercialmente son el okumé (Aucoumea klaineana), el nogal africano, y varios tipos de caoba.
Las represas son una de las principales causas directas e indirectas de la destrucción de la naturaleza y el trastorno de la vida de las poblaciones locales en todo el mundo. Si bien la preocupación internacional por este tema está aumentando, los gobiernos nacionales, junto con las firmas consultoras y constructoras transnacionales siguen adelante con ese tipo de megaproyectos, con la ayuda de instituciones financieras internacionales.
Un grupo numeroso de ONGs de Indonesia que se reunió el 21 de abril de este año, hizo pública una carta cuestionando la certificación de concesiones forestales en ese país, porque las concesiones se basan en la extinción de los derechos nativos tradicionales (“adat”). Argumentan con razón, que no es posible conceder un certificado del Consejo de Manejo Forestal (FSC) a un titular de una concesión forestal en esas circunstancias.
Bruno Manser, activista suizo de derechos humanos y dedicado a la defensa del pueblo indígena Penán de los bosques de Sarawak, desapareció en mayo del año 2000 (ver Boletín N° 40 del WRM). Bruno entabló una relación con los Penán y apoyó su lucha contra las compañías madereras que, conjuntamente con el gobierno, han estado destruyendo los bosques y todavía continúan haciéndolo. Ya ha pasado un año sin noticias sobre el destino de Bruno.
Nadie sabe con exactitud cuántas personas han sido desalojadas de sus hogares y tierras para la construcción de las 22.000 grandes represas de China. Las estadísticas oficiales del gobierno chino dan una cifra de 10 millones de personas, pero Dai Qing, el crítico de energía hidroeléctrica chino, estima que la cifra real se ubica entre los 40 y 60 millones de personas. Actualmente hay otras 280 represas en construcción en China, y la política estatal es aumentar la proporción de energía eléctrica generada por plantas hidroeléctricas de 19% a 40% para el año 2015.
Desde los años 70, el gobierno de Costa Rica ha estado realizando estudios para instrumentar el Proyecto Hidroeléctrico Boruca en el río Térraba, que con una capacidad de generación de 1.500 megawatt, sería el proyecto más grande de ese tipo en América Central.
Los pescadores del puerto de Champerico en la costa del océano Pacífico luchan actualmente por su supervivencia contra la empresa Camarones S.A (Camarsa) y su subsidiaria Pesca S.A., dedicadas a la cría comercial del camarón.
Aunque Camarsa ha estado operando en el área desde 1959, fue recién en 1995, con la llegada de un nuevo dueño, Domingo Moreira, que surgió el conflicto, que incluye el cierre del acceso a los esteros utilizados por los pescadores locales, y que les impide acceder a su área de pesca tradicional.
El istmo de Panamá está ubicado en América Central, una de las regiones de mayor diversidad natural y cultural del mundo. Sus distintos ecosistemas son un componente esencial de esa riqueza. Varios pueblos indígenas han encontrado su hogar y su fuente de subsistencia en los bosques. En Darién, San Blás y Panamá Oriente viven los Emberá-Wounan y los Kuna, mientras que los Teribe ocupan la zona de Bocas del Toro, en la frontera con Costa Rica, junto con los Ngobe-Bugle, que también habitan en parte de las provincias de Veraguas y Chiriquí Oriente.