Artículos del boletín

Las plantaciones a gran escala de eucaliptos en el Estado de Espírito Santo y las actividades de producción de celulosa asociadas han generado oposición desde su inicio. Al principio tuvieron la oposición de aquellas personas más directamente afectadas: los pueblos indígenas Tupiniquim y Guaraní, las comunidades afro brasileñas (quilombos) y los campesinos locales, cuyas tierras fueron expropiadas para establecer las plantaciones.
Días pasados ocurrieron graves incidentes en la ciudad de Temuco, que finalizaron con más de 125 comuneros presos, muchos lesionados y graves destrozos. Estos incidentes son producto de una larga cadena de usurpaciones que ha sufrido el pueblo Mapuche durante todo el siglo XX y que permanecen sin tener el reconocimiento público y fundamentalmente del Estado, que sigue actuando a favor de las empresas forestales y brindándoles su apoyo de muchas formas, entre otras poniendo la fuerza policial al servicio de las empresas.
En los últimos cinco años hemos visto salir desde las provincias de la Sierra del Ecuador, cientos de camiones cargados de eucalipto con destino al puerto de Esmeraldas en donde son transformadas en astillas para luego ser exportadas a Japón en donde son convertidas en pulpa de papel. El eucalipto que sale, el tradicional Eucalyptus globulus, fue introducido en 1865 por decreto presidencial, principalmente para leña y como material de construcción.
“Pueblos de los bosques tropicales de Ecuador” es una exposición que se puede ver actualmente en el jardín botánico municipal de Frankfurt, el Palmengarten. La exposición muestra parte del vasto conocimiento de los pueblos indígenas sobre las plantas y ecosistemas de los bosques tropicales. Los carteles que publicitan la exposición cuentan con el auspicio de Aventis CropScience e incluyen el nombre y el logotipo de la empresa. Es un ejemplo brillante de relaciones públicas. Aventis CropScience apuesta a ganar asociando su nombre al conocimiento indígena.
Los bosques de Papúa Nueva Guinea (PNG) tienen importancia global, constituyendo uno de últimos y más importantes bosques tropicales primarios en el mundo. Con sólo un 1% de la masa terrestre del planeta se estima que PNG posee entre el 5 y 8 % de la biodiversidad global y que el 75% de su bosque primario permanece todavía en pie.
Las plantaciones de palma aceitera se extienden actualmente sobre millones de hectáreas de tierras boscosas a lo largo y ancho de la región tropical. Aún más plantaciones están siendo implementadas o promovidas en casi todos aquellos países del Sur en los que suelos, agua y energía solar cumplen con los requerimientos de esta palma. Desde México a Brasil, desde Africa Occidental a Africa Oriental y desde Asia y el Sudeste Asiático hasta Oceanía, los gobiernos están siendo presionados para crear las condiciones para la expansión de este cultivo.
Las plantaciones de palma aceitera en Camerún cubren más de 80.000 hectáreas, que se dividen en tres sectores diferentes: 1) Plantaciones a gran escala, con aproximadamente 58.000 hectáreas; 2) Plantaciones de aldeas, que abarcan 12.000 hectáreas y 3) Plantaciones “informales”, con cerca de 10.000 hectáreas.
En marzo de este año, los plantadores de la unidad de plantación de palma aceitera agroindustrial de Ehania, en Costa de Marfil comenzaron una “acción de huelga por tiempo indeterminado” como presión para obtener un aumento en el precio del aceite de palma. La huelga paralizó las actividades de tres fábricas dedicadas a la recolección y procesamiento del aceite de palma.
En más de 125.000 hectáreas de tierra de Ghana se cultiva palma aceitera, principalmente bajo el modelo de plantación núcleo, que consiste en una gran plantación rodeada por plantaciones de menor tamaño establecidas en tierras de campesinos locales.
La palma aceitera es nativa de la planicie costera de Nigeria, habiendo migrando después hacia el interior como cultivo básico. En el caso de Nigeria, el cultivo de aceite de palma es parte de la forma de vida (y por cierto de la cultura) de millones de personas. Pero durante las últimas décadas el país se ha convertido en un importador neto de aceite de palma. Mientras que a principios de los años sesenta la producción de aceite de palma de Nigeria constituía el 43% de la producción mundial, actualmente sólo es el 7% de la producción total global.
El 13 de junio de este año, Amnistía Internacional emitió un informe titulado “Myanmar. Minorías étnicas: blanco de la represión.” El informe afirma que durante los últimos 13 años, esa organización ha documentado “el uso generalizado del trabajo forzado de minorías étnicas por parte del ejército de Myanmar” y añade que “quizás la violación más común de los derechos humanos de las minorías étnicas es el trabajo forzado de civiles, que tienen muchas más posibilidades de ser capturados por el ejército que el grupo mayoritario birmano."
Desde 1997, la Mong Reththy Investment Cambodia Oil Palm Company ha plantado 3.800 hectáreas de árboles de palma aceitera. La compañía, con el apoyo de las autoridades de Phnom Penh, trasladó a 99 familias desde un asentamiento informal en Phnom Penh para trabajar en la plantación cercana a la Ruta 4, 150 kilómetros al sur de Phnom Penh.