Artículos del boletín

En Argentina, la invasión de monocultivos forestales está destruyendo la biodiversidad de las praderas. Subsidiadas por el gobierno, y con el apoyo del Banco Mundial, las plantaciones se están extendiendo por las provincias del este del país --Misiones, Corrientes, Entre Ríos-- a la vez que se vienen plantando importantes superficies en las Provincias de Buenos Aires, Córdoba, Cuyo, Chaco y Patagonia. Según cifras extraoficiales, el área plantada en Argentina se multiplicó por cinco entre 1995 y 2000, y continúa creciendo.
Entre el 27 y el 29 de marzo pasado, políticos, funcionarios forestales, representantes de la industria y de ONGs se reunieron en la ciudad de Brasilia durante el seminario “Amazonia Siglo XXI: Perspectivas para el Desarrollo Sustentable” a efectos de discutir sobre el futuro de la Amazonia, la mayor selva tropical del mundo. A pesar del drástico proceso de deforestación y degradación que está afectando desde hace años a este vasto y rico espacio geográfico, en el encuentro reinó una visión optimista.
La fragmentación de hábitats resultante de actividades humanas, como por ejemplo las plantaciones forestales a escala industrial, generan restricciones en el suministro de recursos y necesidades de espacio por parte de especies animales y vegetales, que pueden incluso conducir a la desaparición de ecosistemas enteros. Una vez que la estructura del paisaje ha sido alterada se pone en peligro la persistencia tanto de poblaciones vegetales como animales.
El gobierno ecuatoriano ha firmado un contrato con la empresa Oleoductos de Crudos Pesados (OCP) para construir un oleoducto que atravesará el país de este a oeste, recorriendo las tres regiones geográficas que conforman su territorio. La obra afectará áreas frágiles de gran importancia desde el punto de vista ecológico y para la producción agrícola.
El Reino de Tonga se encuentra al suroeste del Pacífico central. Su territorio comprende más de 175 islas, con un total de 750 km2 y una población de unos 100.000 habitantes, que viven en 166 poblados esparcidos en 43 islas. El clima es subtropical. La temperatura a lo largo del año oscila entre los 17 y los 30ºC y las precipitaciones son de aproximadamente 2.700 milímetros anuales.
El mundo está crecientemente preocupado por la desaparición de formas de vida sobre la Tierra y muchas organizaciones --gubernamentales y no gubernamentales-- parecen estar intentando hallar soluciones al problema. Sin embargo, en la mayoría de los casos están fracasando, ya sea por la adopción de soluciones erróneas --o más simplemente por no hacer nada-- o porque no se están abordando adecuadamente las causas políticas, económicas y sociales que están en la raíz del problema.
Los gobernantes deberían ser los directos responsables de la conservación del patrimonio natural y cultural de sus respectivos países y pueblos. Sin embargo lo que sucede frecuentemente en el Sur es que las autoridades actúan en connivencia con poderosos intereses internos y externos, en contra de la biodiversidad y, por lo tanto, en contra del bienestar de la población que se supone deben proteger. Este es el caso de Kenia.
Liberia alberga los dos últimos relictos significativos de selva tropical cerrada en los Bosques de Guinea del Africa Occidental, que se extienden a lo largo de Ghana, Costa de Marfil, Liberia, Guinea y Sierra Leone. Se estima que la superficie original de selva en la región alcanzó los 727.900 kilómetros cuadrados. Pero la misma cayó a 92.797 km2, lo que es apenas el 12,7% del total. Los bosques de Liberia representan el 44,5% de esa área remanente y los de Costa de Marfil el 29,1%.
Conocido por su pasado histórico debido al vasto y poderoso imperio que sorprendió a los visitantes europeos del siglo XIV, hoy en día el territorio de Mali abarca más de 1.200.000 kilómetros cuadrados en la zona oeste del Africa, extendiéndose sobre el desierto del Sahara en el norte, los pastizales del Sahel en el centro y la zona de sabana en el sur. En el Sahel la vida humana y la de la flora y la fauna siguen la pauta marcada por el ciclo de inundación anual del Río Niger, con crecidas entre agosto y noviembre.
La invasión de hábitats por parte de especies autóctonas es una causa directa de extinción de especies nativas. Algunas especies vegetales han desarrollado la capacidad de adaptarse a nuevos sitios y desplazar la cobertura vegetal original, al tiempo que ciertas especies animales invasoras pueden provocar desplazamiento del nicho ecológico de los animales autóctonos. Este fenómeno ha sido ampliamente registrado y es conocido con el nombre de “bioinvasión”.
Bangladesh es uno de los estados signatarios de la Convención sobre Diversidad Biológica. Empero los tres tipos de bosques existentes en el país –los bosques siempreverdes y semideciduos en la zona este y la región de Chittagong Hill Tracts, los bosques deciduos húmedos y secos, conocidos como bosques de “sal”, localizados en las llanuras centrales y la región noreste, y los manglares a lo largo de la costa- se encuentran amenazados. Muy poco se está haciendo para salvarlos. Entretanto la tasa anual de deforestación ha alcanzado el 3%.
La conservación de los bosques y de la biodiversidad significan cosas distintas según quién sea que esté refiriéndose a ella. En el caso de Camboya, la vida de los campesinos depende de las tierras agrícolas, las pesquerías y los bosques. Para ellos conservar los bosques y su biodiversidad implica asegurarse los medios de vida para el presente y el futuro.