Artículos del boletín

En Sudáfrica las plantaciones forestales han alcanzado una superficie de 1.500.000 hectáreas, en su mayoría compuestas de eucaliptos y pinos, con un porcentaje menor de acacia australiana. Dichas plantaciones han generado una serie de importantes impactos a nivel social y ambiental, la mayoría de los cuales fueron destacados durante un simposio organizado por la coalición de ONGs locales Timberwatch, que tuvo lugar el pasado 10 de junio en Pietermaritzburg.
Las políticas de descentralización en materia de manejo de los bosques han sido consideradas durante la última década como una alternativa al modelo centralizado utilizado en la mayoría de los países, el cual ha demostrado ser inútil para alcanzar la sustentabilidad en el manejo de los bosques.
La República Popular Democrática de Laos -el único país sin salida al mar del sudeste asiático- tiene una superficie de 236.800 kilómetros cuadrados, con una todavía extensa cubierta forestal. Estos bosques albergan altos niveles de biodiversidad y suministran medios de vida a la mayor parte del 80% de la población del país que habita en áreas rurales.
El concepto de una naturaleza sin gente -y en la mayor parte de los casos incluso excluyéndola- que alimentó la teoría de la conservación durante las pasadas décadas todavía sigue siendo aplicado en diferentes países, como por ejemplo la India (ver Boletín 20 del WRM) y Brasil (ver Boletín 28 del WRM).
Los proyectos de represas han sido y siguen siendo fuertemente resistidos en Tailandia debido a sus adversos efectos sobre los medios de vida de los campesinos locales y sus tierras.
El 21 de febrero ppdo. el Primer Ministro de Vietnam Phan Van Khai aprobó la realización de un proyecto que transformará el histórico Sendero Ho Chi Minh en una autopista nacional de 1.690 kilómetros de largo, la cual unirá la capital Hanoi con la ciudad sureña de Ho Chi Minh, ex-Saigón. Según las autoridades, la nueva ruta permitirá superar el congestionamiento de tráfico que se da en la Autopista nro. 1, la cual se extiende a lo largo de la costa, y consolidará el sistema nacional defensivo de Vietnam en la frontera occidental con Laos y Camboya.
Las comunidades locales indígenas y campesinas son generalmente acusadas de degradar los bosques, por lo que son expulsadas de sus tierras o reprimidas, o las dos cosas. Al mismo tiempo las empresas madereras, que se benefician de la deforestación, reciben el apoyo de esos mismos gobiernos que acusan a las poblaciones locales de destruir el ambiente. Los siguientes dos casos de México constituyen una muestra más de los muchos otros de este tipo que ocurren en todo el mundo.
Bolivia posee 440.000 km2 de bosques húmedos, que representan el 57% de la superficie de tierras bajas del país. La tasa de deforestación alcanza las 168.000 hectáreas anuales, siendo las principales causas del problema la promoción de los cultivos de exportación y las concesiones de explotación maderera otorgadas sin ton ni son.
El Consejo Nacional Agrícola (CNA), que representa los intereses de los grandes terratenientes del Brasil, ha venido tratando por todos los medios de oponerse a toda iniciativa legal de proteger los bosques del país, considerándola una potencial limitación a su poder sobre pueblos y tierras. De hecho, en Brasil casi el 50% de la tierra está en manos de apenas un 1% de su población.
Las aspersiones aéreas para control y erradicación de cultivos ilícitos en Colombia están creando problemas en las comunidades rurales y en los bosques, tan graves como los causados por los mismos cultivos y por los químicos usados en la producción de las drogas.
Siguiendo una recomendación de su Oficina de Privatizaciones, el gobierno de Guyana está considerando una propuesta según la cual Primegroup Limited y Matthews Associates se harían cargo del predio Wauna Oil Palm en la región noroeste del país, con la condición de que establezcan una empresa en el país. Primegroup Ltd. es un importante inversor en plantaciones de palma en Malasia, que es el principal productor mundial de esa oleaginosa.
Durante los últimos meses, Perú ha ocupado los titulares de la prensa internacional debido el deterioro político e institucional que lo afecta. En línea con dicho deterioro, la selva amazónica sigue degradándose. La extracción petrolera (ver Boletines 1 y 8 del WRM) y la presencia de poderosas empresas madereras malayas (ver Boletines 3 y 34 del WRM), constituyen dos causas fundamentales del deterioro creciente de la Amazonía peruana.