Artículos del boletín

La norteña Provincia de Santiago del Estero está habitada mayormente por gente de descendencia combinada de quichuas y españoles. A lo largo del siglo XIX la provincia -al igual que toda la región del Gran Chaco- sufrió la destrucción ambiental provocada por poderosas empresas madereras europeas, que utilizaban a los campesinos como trabajadores en un sistema semiesclavista. Luego de que la región fue casi completamente deforestada y el maderero ya no resultaba una actividad rentable, las empresas extranjeras abandonaron el país, dejando tras de si un paisaje de desolación y pobreza.
La noticia de la asociación de Stora Enso con Aracruz Celulose es por cierto una mala noticia para la población local en los estados brasileños de Bahía y Espírito Santo, dominados por tres grandes empresas de fabricación de celulosa, como son Veracel, Aracruz y Bahía Sul. Ahora la propiedad de Veracel pasará a ser compartida por Stora Enso y Aracruz, permaneciendo el 10% de las acciones restantes en manos del grupo brasileño Odebrecht.
En Chile el sector forestal ha alcanzado un enorme desarrollo, básicamente gracias a los recursos que el estado le ha asignado y al agresivo comportamiento de las empresas, que han actuado ignorando por completo a la gente y al medio ambiente, determinando de ese modo la desaparición de poblados, la apropiación de territorios tradicionales pertenecientes a los Mapuche y la deforestación de vastas zonas para dar lugar a la plantación de monocultivos de pino y eucalipto. Podría pensarse que ese "desarrollo" por lo menos habrá traído bienestar a los trabajadores empleados en el sector.
Los exuberantes manglares de la costa del Pacífico ecuatoriano han estado sufriendo durante mucho tiempo los efectos de la producción industrial de camarón, la cual, junto a la visión cortoplacista y el irresponsable comportamiento del gobierno al respecto, es causante de la destrucción de este ecosistema de gran valor en materia de biodiversidad, fuente de medios de vida para las comunidades locales y protección de la costa (ver Boletines 14, 21 y 24 del WRM).
Las dos terceras partes del territorio mexicano estuvieron alguna vez cubiertas de diferentes tipos de formaciones boscosas, como los bosques ribereños, el matorral espinoso chapultepeco, el bosque bajo espinoso, la selva alta perennifolia, el matorral crausicaule, la selva mesófila de montaña y muchas otras. Aun hoy en día México está considerado como país "megadiverso" en relación con la flora y la fauna, parte de la cual vive en dichos bosques y matorrales. Durante las últimas décadas estas ricas áreas han estado sometidas a un proceso de degradación y destrucción.
La destrucción de los bosques con el fin de liberar espacio para monocultivos forestales es un hecho documentado en muchos países del Sur. Un proceso similar pero menos conocido se está dando en la región sudeste de los EE.UU. Los estados de Alabama, Lousiana, Tennessee y Carolina del Norte han sido y siguen siendo invadidos por enormes plantaciones de pino taeda.
Vastas zonas de la sureña isla de Tasmania en Australia están siendo ocupadas por monocultivos forestales como "sumideros de carbono", los cuales están generando preocupación a diferentes niveles (ver Boletín 35 del WRM). Por otra parte, la industria maderera también está promoviendo activamente las plantaciones para producción de madera.
La Isla de Pascua (Rapa Nui en lenguaje polinesio) es mundialmente famosa por sus enormes estatuas antropomórficas construidas en piedra y por los enigmas que las envuelven. Sin embargo, la mayoría de la gente no ha escuchado nada acerca de la degradación ambiental de la isla y de las consecuencias que ello tuvo sobre la sobrevivencia de su gente.
El gobierno de Indonesia está preparando la sustitución de la Ley de Petróleo y Gas de 1960. El nuevo proyecto de ley ha generado una fuerte controversia entre el gobierno y el parlamento (Consejo Reperesentativo del Pueblo). El punto central en discordia es el futuro papel a cumplir por la empresa estatal PERTAMINA -que actualmente explota el 85% de las reservas petroleras del país y el 65% de sus reservas de gas- y su relación con los intereses económicos del Estado.
Como casi todos sabemos la Tierra se está calentando y una de las principales causas del cambio climático es el uso de combustibles fósiles. Bajo presión, en el Protocolo de Kyoto los países industrializados -que son los mayores responsables del actual estado de cosas- asumieron mínimos compromisos para reducir sus emisiones provenientes de la combustión de combustibles fósiles.
Enfrentado a una fuerte oposición de representantes de la sociedad civil, el Banco Mundial acaba de aprobar un controvertido proyecto para la explotación petrolera y construcción de un oleoducto, liderado por Exxon-Mobil, el cual habrá de conectar campos petroleros de Chad con la costa atlántica de Camerún. Entre los patrocinantes del proyecto se encuentran también Chevron y Petronas, la compañía petrolera estatal de Malasia. El costo total del megaproyecto, que es uno de los mayores de este tipo en la región subsahariana, será de U$S 3.700 millones.
Luego de las trágicas inundaciones que afectaron Mozambique, ya es tiempo de preguntarse qué fue lo que sucedió. ¿Por qué estas inundaciones se convirtieron en un terrible desastre? ¿Qué puede hacerse para disminuir el riesgo de que sucedan nuevamente?