Artículos del boletín

Por Ajele Sunday, artista nigeriano. Su comunidad sufre el avance de las compañías de palma aceitera sobre su territorio
Comunidades afectadas por las plantaciones de monocultivos de palma aceitera organizaron un Foro en la ciudad de Yurimaguas para denunciar y visibilizar sus impactos ambientales y sociales.
En los últimos 10 años, mediante la organización y la lucha, familias del noreste argentino lograron recuperar tierra acaparada por la multinacional Arauco. Ahora, cultivan allí alimentos.
Entrevista a Solange Bolembe, de RIAO-RDC, una red de información y apoyo a las organizaciones comunitarias de la RDC.
La cadena de impactos que causa la expansión de plantaciones de árboles para proveer materia prima a la industria del papel. Este artículo se concentra, en especial, en las compañías vinculadas al Grupo Asia Pulp & Paper (APP), al grupo APP-Sinar Mas, y APRIL.
Las prácticas de uso, manejo y cuidado del fuego están siendo identificados por las políticas sobre cambio climático como las causas de la destrucción de los bosques. Sin embrago, el fuego es crucial para asegurar la soberanía alimentaria y cultural de los pueblos del bosque.
Hoy predomina una concepción capitalista del fuego; pero es resistida por las concepciones vernáculas que continúan evolucionando.
La prohibición al cultivo en barbecho de los indígenas Delang supone una amenaza a su soberanía alimentaria y entramado cultural. Esta se da a pesar del evidente rol de las empresas palmícolas en los incendios forestales en Indonesia. Pero los Delang han decidido resistir. (Disponible en indonesio).
Las empresas de plantaciones de árboles cuentan con enorme poder e impunidad en Chile. Los incendios de 2017 demostraron la colusión de estas empresas con funcionarios públicos para prevenir investigaciones y criminalizar al Pueblo Indígena Mapuche.
Los incendios en la Amazonía están apareciendo con más frecuencia y mayor intensidad. Pero, ¿quién está realmente quemando los bosques?
Desde que la vegetación nativa que rodeaba Quito fue destruida para dar paso a plantaciones de eucalipto y pino, los incendios forestales que la ciudad confronta año a año se vienen intensificando.
En 1989 hubo una guerra en el valle del Lila, Portugal. Centenas de personas se juntaron para destruir 200 hectáreas de eucaliptos, con miedo de que los árboles les robasen el agua y trajesen el fuego.