Artículos del boletín

Cumbre de los Pueblos de las Américas
De acuerdo con datos de la FAO de 1990, la superficie total de cobertura forestal en el mundo es del orden de 34 millones de kilómetros cuadrados. Por lo tanto necesitaríamos aproximadamente 3 millones de kilómetros cuadrados de bosques protegidos a nivel global para satisfacer los objetivos que se plantea la campaña.
El WWF trabaja de manera poco clara y discriminatoria con las cifras relativas a la proporción de bosques protegidos, sobre las cuales se basa la campaña.
El WWF cita al WCMC como fuente respecto de las cifras manejadas sobre áreas protegidas. No obstante el WCMC continuó publicando sus propios números al respecto. Como ya mencionamos, en términos globales, el 10% de los bosques del mundo ya han sido clasficados por el WCMC como “bosques protegidos”, comprendiendo un total de 4 millones de km2. Esto parecería desinflar el entero propósito de la campaña encarada por el WWF. La situación se hace todavía más confusa, y posiblemente embarazosa, cuando se analizan las cifras a nivel regional y nacional:
Atendiendo a un pedido de nuestros amigos del CIMI, el Secretariado Internacional del WRM difundió entre sus miembros y organizaciones amigas las recientes noticias en relación con la larga lucha que los Tupinikim y guaraníes vienen sosteniendo en reclamo de sus territorios ancestrales (ver más abajo).
El Parque Nacional Kruger será ampliado en 5.000 hectáreas. A través del mismo acuerdo recientemente alcanzado, la comunidad Makuleke recuperó sus derechos sobre 25,000 hectáreas del Parque Kruger. El reconocimiento de los derechos territoriales de los Makuleke llega justo para la celebración del centenario del Parque Nacional Kruger el día 25 de marzo. En 1968 la comunidad Makuleke se vió forzada a abandonar sus tierras y ocupar un área limítrofe con el Parque.
Desgraciadamente noticias acerca de enormes incendios forestales, como los que afectaron Indonesia y los que se están extendiendo actualmente por Roraima, en la Amazonia brasileña, son frecuentes en la información que circula por el mundo. Sin embargo, no debe olvidarse que incendios de menor escala también tienen terribles consecuencias sobre las comunidades locales. Un ejemplo es el incendio que ha afectado al bosque de Aleibiri, un poblado de 6.000 habitantes en el Delta del Rio Niger, en Nigeria.
Un grupo de Dayaks realizó recientemente una gira por Australia. Su propósito es lograr solidaridad para su causa en pro de derechos territoriales y compensación por los daños ocasionados por compañías mineras australianas. En Indonesia las mismas representan más del 60% de la inversión en el sector.
El imperio maderero de Bob Hasan, así como otros, se está desmoronando a consecuencia de la crisis económica en que se encuentra Indonesia. Una tercera parte de las compañías madereras del país enfrentan la bancarrota.
Kanchanaburi, 6 de marzo de 1998: Sulak Sivaraksa junto a otros 50 estudiantes y activistas que habían estado acampando en el bosque de Huay Kayeng fueron arrestados y conducidos fuera del mismo hoy cerca del medidodía. El gobernador de Kanchanuburi estuvo presente en el lugar del hecho y ordenó al personal de policía que expulsara al grupo. Antes del arresto, Sulak recibió un comunicado donde se le notificaba que debía testimoniar frente a la policía por la acusación que PTT (Autoridad Petrolera de Tailandia) formulara contra él.
La página web forestry ofrece un relatorio completo, al igual que información relevante, vinculada con el Taller sobre Perspectivas Indígenas en la Educación Forestal, auspiciado por la Universidad de British Columbia, en Vancouver, Canadá, entre el 15 y el 18 de junio de 1997. Del taller participaron delegados de organizaciones aborígenes, universidades y empresas de diferentes países, conscientes de la necesidad de encarar los asuntos relacionados con el conocimiento, los temas de interés y las preocupaciones de los pueblos indígenas (ver Boletín del WRM Nro. 3).
El estado de Roraima, al norte de Brasil, se está incendiando. Un desastre similar al que afectó recientemente a Indonesia está sucediendo, y la responsabilidad del gobierno brasilero también es similar al de su par indonesio. Como en las selvas de aquel país, la Amazonia brasilera es continuamente objeto de quemas con el fin de abrir tierras al "desarrollo". El proceso comienza con la construcción de carreteras.