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A lo largo de las discusiones acerca del cambio climático hay quienes han aducido que los bosques maduros son reservorios de carbono --y no sumideros-- y que por lo tanto el clima a nivel global se beneficiaría de su corta, de la consiguiente conversión de su madera en productos durables y su sustitución por plantaciones. El carbono existente en el bosque sería almacenado en forma segura en los productos de madera, a la vez que las plantaciones actuarían como sumideros durante muchos años, hasta llegar a la madurez.
Las evidencias científicas que cuestionan la efectividad de los monocultivos forestales como sumideros de carbono van en aumento. En caso de que las plantaciones forestales sean incluidas en el Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kioto se presenta el riesgo de que --tal como sucedió en el pasado y sigue dándose ahora-- vastas superficies de bosques y pasturas en el Sur sean sustituidas por monocultivos basados en un reducido número de especies de árboles de rápido crecimiento.
Las siguientes son expresiones de representantes de los pueblos indígenas en Lyon, quienes --en marcado contraste con los delegados gubernamentales-- abordan las verdaderas cuestiones en juego, en el marco de un proceso de negociaciones sobre cambio climático que hasta ahora ha ignorado a los pueblos indígenas (El Foro de Pueblos Indígenas y comunidades locales sobre el Cambio Climático también emitió una declaración en Lyon):
En el Boletín 35 del WRM expusimos el conflicto de intereses existente a nivel de algunos de los expertos que en junio ppdo. produjeron el informe especial del IPCC sobre uso del suelo, cambio en el uso del suelo y forestación ("Algo huele mal en los sumideros"), a raíz de su directa vinculación con empresas que habrán de beneficiarse con la inclusión de los sumideros en el Protocolo de Kioto.
Un proyecto implementado en Uganda por la compañía noruega Tree Farms para el establecimiento de entre 80.000 y 100.000 hectáreas de plantaciones de pino y eucalipto como sumideros de carbono ha sido severamente cuestionado por sus negativas consecuencias desde el punto de vista social y ambiental.
La Conferencia de las Partes del Convenio Marco sobre Cambio Climático aún no dio su aprobación a las plantaciones y los bosques como "sumideros" de carbono. Sin embargo, el mercado del carbono ya está en marcha. A continuación transcribimos un mensaje electrónico (traducido del inglés por el WRM), en el que se propagandea a Brasil como un país con tierra y mano de obra baratas disponibles para que las empresas productoras de energía viertan sus emisiones de carbono:
Solo disponible en inglés - By the international Working Group on Community Involvement in Forest Management, September 2000. A regional profile of WG-CIFM,  the working group on community Involvement in forest management Communities and Forest Management in South Asia
Los proyectos de monocultivos forestales destinados al secuestro de carbono que están siendo implementados en UGANDA por dos firmas noruegas constituyen un ejemplo paradigmático de la racionalidad y las consecuencias de este tipo de proyectos.
El gigante AUSTRALIA es un actor fundamental en la geopolítica de Oceanía. Dada su particular situación en el hemisferio sur geográfico, siendo un país del Norte y perteneciente al Anexo I, Australia es el único país que cuenta con la posibilidad de aumentar sus emisiones de gases de efecto invernadero un 8% respecto de los niveles de 1990 para las metas establecidas para el período 2008 a 2012. Sin embargo, Australia se ha sumado con entusiasmo a la idea de ofrecer su territorio a proyectos de sumideros de carbono.
En respuesta a una solicitud de la empresa estadounidense productora de energía Applied Energy Services Inc. (AES), en 1988 el World Resources Institute identificó y evaluó una serie de proyectos forestales para la compensación de las emisiones de dióxido de carbono de la planta de dicha empresa localizada en Connecticut, que se estima alcanzarán unos 14,1 millones de toneladas de carbono equivalente en un período de 40 años.
En las últimas décadas, varios países sudamericanos han sido el escenario de la expansión de los monocultivos forestales --básicamente de eucalipto y pino-- destinados a la producción de celulosa. El recientemente creado mercado del carbono puede significar un renovado impulso a una ulterior expansión de esta actividad, esta vez con un nuevo y adicional propósito. En efecto, las empresas forestales y algunos gobiernos se muestran muy entusiastas con la idea de utilizar parte de las plantaciones forestales ya existentes e instalar otras como sumideros de carbono.
Asia ha sido la región más afectada por la sustitución de bosques por monocultivos forestales, lo que ha determinado consecuencias negativas tanto a nivel local como global. Los pueblos indígenas y las comunidades locales tienen una larga historia de resistencia a este tipo de desarrollo forestal. A pesar de ello, la forestación para la captura de carbono parece estar en aumento en este continente.