Artículos del boletín

Las aguas de la represa sobre las cataratas del Yali en Vietnam --que se viene construyendo desde hace siete años con fondos de los gobiernos de Rusia y Ucrania y está evaluada en U$S 1.000 millones-- se vierten en el río Se San, que atraviesa Camboya hacia el Mekong. Previo a los inicios de la obra no se realizó ningún estudio del impacto ambiental que la misma produciría sobre territorio camboyano.
La relocalización forzada de las personas que viven en las áreas donde han de construirse represas provoca generalmente violaciones de los derechos humanos. Uno de los ejemplos más terribles es el de la hidroeléctrica de Chixoy, construida durante la dictadura militar en Guatemala. El proyecto resultó en la masacre de más de 400 personas de la etnia Maya Achí, la mayor parte de las cuales pertenecientes a la comunidad de Río Negro, uno de los poblados que serían inundados por el embalse.
El río Tocantins es el principal del sistema hidrológico del “cerrado” (savana) y la región oriental de la Amazonía en Brasil. El gobierno de ese país está planeando la construcción de ocho represas hidroeléctricas sobre los ríos Tocantins y Araguaia. Una de ellas es la represa de Cana Brava, localizada 250 kms al norte de Brasilia, en el estado de Goiás, que junto a las represas de Tucuruí y de Serra da Mesa, que ya están en funcionamiento, formarán un contínuo de casi 2.000 kilómetros de reservorios en escalera.
El río Biobío nace en los lagos de Icalma y Galletue en los Andes, al sur de Chile, y fluye durante 380 kilómetros a través de bosques, tierras agrícolas y ciudades para desembocar en el Océano Pacífico, drenando una cuenca de 24.260 km2. Más de un millón de personas utilizan los recursos del Biobío como agua potable y de riego, recreación y pesca.
El megaproyecto de la represa Urrá sobre el Río Sinú, en el Departamento de Córdoba, situado en la región atlántica de Colombia, constituye una catástrofe ambiental así como un desastre completo para la población local. La represa, construída por la empresa Urrá y apoyada abiertamente por el gobierno colombiano --que considera al proyecto vital para la economía del país-- inundará más de 7.000 hectáreas de bosques y afectará directamente los medios de vida y la propia existencia del pueblo indígena Embera Katío y de las comunidades de pescadores del área.
A nivel de los procesos internacionales existe un preocupante y cada vez más hondo abismo entre los objetivos formulados y lo que realmente se hace. Esto resultó claro en la reciente conferencia de la Convención sobre Cambio Climático celebrada en La Haya, donde el verdadero mandato --encontrar soluciones al problema del cambio climático-- estuvo prácticamente ausente de las discusiones.
Del 4 al 7 de diciembre ppdo. se realizó en Yaoundé la primera conferencia ministerial en el marco del seguimiento a la implementación de las decisiones adoptadas por los jefes de estado en la cumbre de marzo de 1999 realizada en la misma ciudad. El evento fue precedido de un encuentro de expertos de las oficinas forestales de los países de Africa Central. Los objetivos de los organizadores, que surgen claramente de la agenda propuesta, eran los siguientes:
A mediados del 2000 el Banco Mundial aprobó el polémico proyecto para la construcción de un oleoducto de más de 1000 kilómetros de largo, que conectará los campos petrolíferos de Doba en el sur de Chad con la costa atlántica de Camerún. Dicho proyecto, liderado por Exxon-Mobil y patrocinado por Chevron y Petronas --la empresa petrolera estatal malasia-- es el mayor de su tipo en el Africa subsahariana.
En muchas áreas ubicadas en los trópicos la minería constituye una de las principales causas de deforestación y degradación de los bosques, generando una serie de impactos sociales y ambientales. Un reciente estudio publicado por la Red del Tercer Mundo – Africa suministra un detallado panorama de tales impactos en el Distrito Wassa de Ghana. A continuación presentamos algunos fragmentos de dicho trabajo.
Malasia es el principal productor y exportador de aceite de palma a nivel mundial, generando el 50% de la producción del globo, el 85% de la cual se destina a la exportación. En el continente africano Nigeria es el país con mayor superficie de plantaciones de palma, contando con por lo menos 350.000 hectáreas de cultivo. De acuerdo con noticias recientes, una empresa malasia habrá de invertir en el sector productor de aceite de palma en Nigeria, con el apoyo de los gobiernos de ambos países.
Un reciente estudio, patrocinado por CIFOR y la Oficina del Programa de Macroeconomía de WWF Internacional, aporta un análisis en profundidad acerca de las características y consecuencias de la expansión del sector de la celulosa y el papel en Indonesia durante la última década.
El gobierno de Laos ha suspendido el Programa de Manejo y Conservación de Bosques (FOMACOP) tras la culminación de su primera fase de cinco años, a raíz de las dificultades que surgieron entre el gobierno y actores externos –entre ellos el Banco Mundial-- respecto del manejo de los ingresos por la corta de madera incluido en el programa.