Bienvenidos a esta edición especial del boletín del WRM que mira al África con ojos africanos. Para muchas personas en el mundo, África es un continente exótico lleno de danzas y cantos, tanto de los pájaros como de las personas.
África es un gran continente. Su masa terrestre cubre 31 millones de kilómetros cuadrados y representa un 20% de la tierra. Es el segundo del mundo en extensión y tiene una población de alrededor de 900 millones de personas, o sea que está menos poblado que la India y China.
Artículos del boletín
Los miembros de Amigos de la Tierra (AdT) África de Ghana, Togo, Sierra Leona, Sudáfrica, Nigeria, Mauricio, Túnez y Swazilandia, se reunieron durante cinco días en Accra, Ghana, para tratar asuntos relativos al medio ambiente africano. El tema central fue la actual crisis alimentaria y los agrocombustibles en el continente.
“Gestión participativa: situación en la cual al menos dos actores sociales negocian, definen y garantizan entre ellos un reparto equitativo de las funciones, los derechos y las responsabilidades de gestión de un territorio, una zona o un conjunto dado de recursos naturales.” (Borrini-Feyerabend et al., 2000)
En los países de África Central, se constata desde 1990 la implementación de programas cuyo fin es demostrar que las áreas protegidas pueden ser manejadas de modo más eficaz si se aplica un enfoque participativo. Esta preocupación tiene tres motivaciones principales:
Resulta difícil analizar la cuestión de los derechos indígenas en África sin entrar en el tema de la formación de los Estados, y es imposible tratar este último sin considerar sus orígenes dudosos. El emprendimiento colonial en África, marcado por la dominación y anexión de territorios, fue planeado y organizado por Leopoldo, el monarca belga, y Bismarck, el canciller alemán. Alcanzó su punto álgido en la conferencia de Berlín de 1884, que fue convocada ostensiblemente para regular las relaciones comerciales entre las potencias europeas pero terminó legislando sobre la división de África.
Según Wan Gang, Ministro chino de Tecnología, los Juegos Olímpicos de Pekín tendrán como resultado la liberación de unos 1,18 millones de toneladas de carbono a la atmósfera, “en parte por las grandes distancias que recorrerán tantos atletas y espectadores”. Sin embargo, no debemos preocuparnos por esto porque las autoridades chinas aseguran que las Olimpíadas serán “básicamente” neutras en carbono.
Este mes el parlamento brasileño dio carácter de ley a la medida provisoria Nº 422, que aumenta la superficie de la Amazonía que puede ser concedida para uso rural sin necesidad de licitación. El límite, estipulado anteriormente en 500 hectáreas, se amplía a 1.500 hectáreas, pudiendo deforestar hasta el 20 por ciento de la superficie concedida.
En Guatemala, como en varios otros países del Sur, las comunidades indígenas y el ambiente pagan un alto costo por la expansión de los agrocombustibles. Deforestación, desplazamiento forzoso, amenazas, detenciones ilegales y hasta el asesinato signan este avance.
En el boletín del mes pasado del WRM recordábamos la lucha que por tanto tiempo libraron las comunidades locales en defensa de los bosques de Sarawak, particularmente mediante bloqueos en las rutas para detener la entrada de los camiones de las empresas madereras a sus territorios.
El 8, 9 y 10 de julio pasados, la Confederación Campesina de Perú y la Confederación Nacional Agraria, con la nutrida adhesión de numerosas organizaciones indígenas y campesinas, llevaron adelante una amplia protesta en todo el país, coincidiendo el día 9 con un paro general nacional convocado por la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP).
Los manglares son las selvas tropicales del mar. Grandes franjas de la costa tropical y subtropical de Asia, África, Oceanía, las Américas y el Caribe están bordeadas por manglares que alguna vez se estimó que cubrían una superficie de más de 32 millones de hectáreas. Ahora quedan menos de 15 millones de hectáreas (menos de la mitad de la superficie original).
Más de 170 activistas reunidos en Bangkok durante el fin de semana criticaron duramente a los gobiernos y las empresas por su fracaso a la hora de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Reclamaron “justicia climática” y “un cambio fundamental en el orden mundial actual” para resolver la crisis climática. Entre los participantes de la conferencia se encontraban pescadores y agricultores, pueblos de los bosques e indígenas, mujeres, jóvenes, trabajadores y activistas no gubernamentales de 31 países.