Artículos del boletín

El Parque Nacional Komodo (PNK) fue establecido por el gobierno de Indonesia en 1980 para proteger el hábitat del excepcional lagarto gigante Varanus komodoensis, también llamado dragón de Komodo. En 1995, el gobierno central invitó a The Nature Conservancy (TNC), organización con sede en EE.UU., para realizar el manejo conjunto del parque.
Durante cientos de años los pueblos indígenas Heuny y Jrou que habitan en los poblados de Nong Phanouane y Houay Chote han practicado la agricultura migratoria en sus bosques en la meseta de Boloven en el sur de Laos. Ahora, funcionarios del gobierno les han dicho que tienen que dejar de practicar la agricultura migratoria y pronto serán obligados a abandonar la zona. ¿La razón? Tienen la mala suerte de vivir en una cuenca que el gobierno declara que debe ser protegida en función de una represa hidroeléctrica que ha sido propuesta.
Comunidades locales de toda Malasia rechazan el intento del país de “maquillar de verde” a su industria maderera. Durante la reunión de la COP-7 del Convenio sobre la Diversidad Biológica realizada en Malasia el pasado mes de febrero, representantes de 253 comunidades indígenas habitantes de los bosques presentaron una declaración describiendo al Consejo Malayo de Certificación de la Madera (Malaysian Timber Certification Council – MTCC), como un programa que “ha causado, y sigue causando, una mayor marginación de nuestras comunidades”.
El sistema de certificación del Consejo Malayo de Certificación de la Madera (Malaysian Timber Certification Council, MTCC) fue creado para satisfacer la demanda de madera tropical certificada por parte de los mercados occidentales y el MTCC ha sido pionero entre los sistemas nacionales de certificación de los países tropicales al invertir realmente para lograr la aceptación del mercado europeo. Las delegaciones malayas, encabezadas por el ministro de industrias primarias, han visitado Europa varias veces, y la promoción activa de su propio sistema ha funcionado.
La minería ha sido una de las actividades que el reparto internacional del trabajo le ha impuesto a los países del Sur ricos en recursos naturales. Pero en ninguno de los casos eso ha redundado en el bienestar general del país, y ha sido más bien una maldición (ver Boletín del WRM Nº 71).
Los Naso (también conocidos como Teribe) son uno de los primeros grupos que se establecieron en el territorio de Panamá. Después de varias expediciones armadas europeas, la población Naso se redujo drásticamente hasta el punto en que en el siglo XIX quedaban menos de dos mil. Actualmente existen aproximadamente 4.000 Naso a ambos lados de la frontera entre Costa Rica y Panamá, y en general viven en muy malas condiciones. En Panamá están localizados en la provincia de Bocas del Toro, en los bosques nordoccidentales que bordean el río Teribe, un importante afluente del río Changuinola.
El 8 de marzo pasado, tuvo lugar una gran movilización en la carretera BR-101 Norte del estado brasileño de Espírito Santo, en la localidad de São Mateus. Coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, con nutrida participación de mujeres, cerca de 600 indígenas Tupiniquíes y Guaraníes, representantes de Quilombos (comunidades afrobrasileñas), miembros del Movimento de trabajadores rurales Sin Tierra (el conocido MST) y del Movimento de Pequeños Agricultores (MPA, integrante de Vía Campesina), ocuparon la carretera y detuvieron el tránsito.
Trazar los antecedentes de la presión estadounidense sobre la política ecuatoriana podría llevarnos muy lejos en el tiempo y muchas páginas. No obstante, para analizar los recientes sucesos podemos citar la cumbre ministerial del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) realizada en Miami en noviembre de 2002, en que Estados Unidos perdió poder y tuvo que aceptar la propuesta de Brasil de un "ALCA más flexible".
El Paraguay, un país eminentemente agrícola, se encuentra ante el falso dilema de elegir entre la tecnología o “continuar en el atraso”. La tecnología aplicada a la agricultura en los últimos 40 años --a partir de la Revolución Verde, con su paquete de agrotóxicos y ahora transgénicos-- ha prometido superar los inconvenientes que atentan contra la producción agrícola y solucionar el hambre.
La comunidad asháninka de Churinashi de la provincia de Atalaya en la región amazónica de Perú, atraviesa una situación de violencia y amenazas de desalojo forzoso de sus tierras, territorios y recursos, sobre las cuales posee derechos ancestrales reconocidos en la Constitución peruana, de conformidad con la ratificación por parte del Perú del Convenio Nº 169 sobre pueblos indígenas y tribales de la OIT, incorporado en 1993 a la legislación nacional mediante la Resolución Legislativa Nº 26253.
El programa "Plantation 2020 Vision", con el que el Gobierno federal apunta a establecer 650.000 hectáreas de plantaciones de árboles en Tasmania durante los próximos veinte años (ver Boletines N° 37, 55 y 64 del WRM), utiliza y amplía la violenta historia de despojo del país, cuando el destino de la población indígena era ser sacados a empellones del camino por los europeos.
Los bosques son el hogar de muchos pueblos, incluida una parte sustancial de la población de los pueblos indígenas. Según un estudio de 1992 financiado por la Unión Europea sobre la situación de los pueblos indígenas en los bosques tropicales, en las zonas de bosque tropical del mundo vivían aproximadamente 12 millones de indígenas, un 3,5% del total de la población del área del estudio. En esta cifra no están incluidos los indígenas habitantes de otros tipos de bosque.