Artículos del boletín

En el año 2000 los empresarios forestales chilenos anunciaron el lanzamiento de su propio sello de certificación forestal, CERTFOR. Este sello se creó bajo los auspicios de la Fundación Chile, el Instituto Forestal (Infor) y con el apoyo financiero de CORFO (Corporación de Fomento de la Producción). Habiendo intentado incorporarse al FSC --en aras de buscar legitimidad internacional-- y frente a la negativa recibida, CERTFOR acudió a otro sistema internacional de certificación: el PEFC.
Las concesiones madereras en el continente africano se perciben a menudo como unidades de manejo forestal. Sin embargo, es más apropiado verlas como una especie de moneda de cambio en un sistema más amplio de poder político y explotación.
La certificación de una operación forestal en virtud del sistema del Consejo de Manejo Forestal (FSC) debería significar que todos podemos estar tranquilos al saber que los bosques están siendo manejados razonablemente bien. Lamentablemente, parece que no es el caso. SmartWood, una certificadora acreditada por el FSC, certificó recientemente en Laos operaciones que de acuerdo con la Ley Forestal de ese país producen madera en forma ilegal.
Nicaragua conoce desde hace largo tiempo los efectos de la minería. Las numerosas explotaciones de oro y otros minerales metálicos han dejado una secuela de deterioro ambiental, impactos sobre el recurso hídrico con niveles elevados de cianuro, plomo y arsénico, entre otros, y daños irreparables en la salud de miles de trabajadoras y trabajadores, quienes además han visto violentados sus derechos laborales.
En el mundo actual existen muchos millones de personas cuyo nivel de consumo no alcanza a cubrir sus necesidades básicas. Dicho en lenguaje sencillo, se trata de millones de personas –en su mayoría niños– que sufren hambre y miseria. En contrapartida, otros millones de personas –aunque muchos menos que los anteriores– consumen demasiado, sin que ello signifique que sus necesidades básicas –como seres humanos– se vean así cubiertas.
La historia social, política y económica de Papúa Nueva Guinea llevan la impronta de sus bosques tropicales. Estos bosques, que cubren el 60% de la masa terrestre del país y son en su mayor parte impenetrables, han limitado el comercio, han definido las leyes consuetudinarias y han perfilado la vida y la cultura. Cuando el mundo piensa en Papúa, imagina sus bosques. En la actualidad el madereo de estos sistemas de vida sin par está corroyendo la sociedad y la política papúas, dejando a cambio beneficios económicos mínimos y una seguidilla de efectos alarmantes en la región.
El pueblo Bari, una minoría perteneciente a la familia Arawak denominada Los Hijos de la Selva, habita la Cuenca del Catatumbo, en el Departamento del Norte de Santander. Los Motilón Bari tienen una lengua denominada Bari-ara y una estructura de organización política y social interna y externa propia. Su máxima autoridad es el Consejo Autónomo de Caciques, integrado por 23 caciques pertenecientes a las 23 comunidades del pueblo indígena Motilón.
En el año 2000 se estableció el Día Internacional de la Defensa del Ecosistema Manglar, eligiéndose para su celebración el 26 de julio, fecha muy significativa para el movimiento latinoamericano encabezado por la Red Manglar. El 26 de julio conmemora aquel día de 1998 en que Hayhow Daniel Nanoto, activista de Greenpeace originario de Micronesia, murió de un paro cardíaco mientras participaba de una acción de protesta masiva encabezada por FUNDECOL y Greenpeace Internacional.
Numerosos sistemas culturales están íntimamente interconectados con el bosque, sea por quienes viven dentro del bosque o en sus límites (incluso habitantes de ciudades e investigadores que estudian las culturas). Las culturas con base en el bosque han evolucionado dentro de ese entorno natural y su supervivencia requiere que ese ambiente se conserve.
En materia de certificación de plantaciones, el FSC ha llegado a una encrucijada, en la que se juega nada menos que su credibilidad. El proceso interno de revisión de la certificación de plantaciones ya está bastante avanzado y en setiembre de este año el Grupo de Trabajo conformado a tales efectos planteará sus recomendaciones.
En noviembre de 2002, la Asamblea General del Consejo de Manejo Forestal (FSC) aprobó una moción que exige que el organismo revise su política de plantaciones. En aquel momento la superficie de plantaciones certificadas como bien manejadas bajo el sello del FSC llegaba a 3,3 millones de hectáreas. Casi dos años después el FSC lanzó una Revisión de Plantaciones durante una reunión celebrada en Bonn, Alemania. Para ese entonces la superficie de las plantaciones certificadas por el FSC había ascendido a 4,9 millones de hectáreas.
Actualmente las principales empresas de plantaciones certificadas por el FSC que operan en Australia son: Albany Plantation Forest Company Pty Ltd (23.509 hectáreas), Timbercorp Forestry Pty Ltd (97.000 hectáreas), Integrated Tree Cropping Limited (166.536 hectáreas) y Hancock Victorian Plantations Pty Limited (246.117 hectáreas).